Y si Carmena fuera un 'bluff'

Discrepo de la mayoría de mis colegas. No creo que la web del Ayuntamiento de Madrid denominada Versión Original entrañe riesgo alguno de presión a medios o a profesionales. Es inane. Cualquier otro procedimiento zorruno –de los que abundan en las administraciones públicas–es más peligroso que ese portal tan defendido por la alcaldesa Carmena y, al parecer, ahora rectificado en alguno de sus contenidos. Versión Original se asemeja mucho más a un instrumento para obviar la impotencia de la primera edil para controlar el discurso de sus propios corporativos que hoy dicen una cosa y mañana otraque a una herramienta contra la libertad de expresión. Como la edil carece de autoridad suficiente y, además se contradice como ellos, ha decidido que esta web unificará doctrina.

A Manuela Carmena hay que darle tiempo. A condición de que ella también se lo tome en declaraciones y decisiones y deje de meter la pata. La cortesía de los cien días debe ser bilateral: de los medios y del propio Ayuntamiento. Sobre la base de que una meritoria trayectoria en la militancia por los derechos civiles y en la judicatura –como tantas–no es garantía de capacidad de gestión. O sea, que no asegura en absoluto que Manuela Carmena no sea un bluff,como muchos comienzan a sospecharse.

La alcaldesa de Madrid ya se rectificó programáticamente con eso de erigir un banco público. Dijo que no le parecía prioritario aunque estuviese en su programa. Luego hubo de dejar en el olvido la ocurrencia de crear cooperativas de madres –de inmediato añadió también a los padres–para que se encargasen de la limpieza de las escuelas y colegios públicos. Una extravagancia que hizo saltar hasta a los mismísimos sindicatos. De las tasas al turismo –como las que tiene impuestas Barcelona–nunca más se supo, pero uno de sus concejales barajó públicamente esa posibilidad por desmentida que luego fuera. Se la desmintió la alcaldesa a su concejal, no a los medios. De cambiar el callejero franquista, nunca más se supo porque, claro, confundir el franquismo con expresiones culturales –literarias, pictóricas y de diversa naturaleza–con el generalato de Franco es mucho confundir. Por fin, el abordaje y la resolución (¿?) del caso del concejal Guillermo Zapata, se hizo tarde y mal. Y ahí sigue el edil con la ayuda de un juez que confunde un delito privado –que admite la absolución por el perdón, en este caso, de la ofendida–con otro perseguible de oficio.

Por no garantizar, Carmena no garantiza ni que sea una buena correa de transmisión de la política de Podemos. Ayer declaró en La Reppublica que ha charlado un par de veces con Pablo Iglesias. Así que Carmena no está vinculada a nada ni a nadie: es una independiente a la que han puesto una carabina como es Rita Maestre para que le marque el paso. La sensación que da Carmena es que le hace tanto caso a Maestre como a Rita 'la Cantaora', o sea, más bien poco. En Podemos –que es un partido disciplinado, como se acaba de ver por mucho círculo ciudadano del que se abastezca–Carmena empieza a preocupar: más por lo que no hace –tomar decisiones y llevarlas adelante–que por lo que hace–no tomarlas y cuando las toma, contradecirse–.

Luego está el papel de Antonio Miguel Carmona, que se cree Deus ex machina, gran solucionador de las genialidades de la alcaldesa. De momento ha conseguido poco. Guillermo Zapata –que ha regresado donde solía retuiteando un artículo en el que se le pringaba de nazi al ministro alemán de finanzas–sigue en la corporación y al frente de un distrito por más que el socialista le pidiese que dejase el acta. Vamos a ver cómo es el acuerdo para rectificar Versión Original porque a esta hora –la tarde-noche del lunes–no estaba nada claro que fuese tan de fondo como proclamaba Carmona, que cree a pies juntillas en la palabra de Carmena.

La alcaldesa, entre tantas contradicciones y trabajeras, da la sensación de necesitar ya vacaciones. Estando Rita Maestre, no hay problema

La suerte de la alcaldesa –especialmente en este controvertido asunto de la web de rectificaciones y verdades resplandecientes–es que le ha salido una cuestionable valedora de la libertad de expresión: Esperanza Aguirre y Gil de Biedma. Tiene su ironía que la presidenta del PP de Madrid, precisamente ella, y precisamente defendiendo a los periodistas, se desmelene olvidando su propia biografía. No todos los políticos son iguales, por supuesto, pero al final ¡cuánto se parecen! Volviendo a Carmena: la alcaldesa, entre tantas contradicciones y trabajeras, da la sensación de necesitar ya vacaciones. Estando Rita Maestre, no hay problema: al Ayuntamiento no le faltará ni voz ni decisión. La portavoz municipal irrumpió en una capilla católica universitaria con los senos al aire y a ella le sigue pareciendo que cumplió exactamente con su militancia. Rectificación, ninguna.

La verdad: si se proyecta a Carmena a cuatro años vista, aparece un horizonte de gran improbabilidad. “Se admiten apuestas”, bisbiseaba un edil madrileño el pasado viernes lucubrando con el futuro de la mandataria de Cibeles.