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Bildu, la pandemia y la 'mozkorra borroka'
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José Antonio Zarzalejos

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Bildu, la pandemia y la 'mozkorra borroka'

El PNV advierte de la 'lucha de la borrachera' de los jóvenes de Bildu y Otegi, “fascinados” por Iglesias, rentabilizando las restricciones que impone la pandemia

Foto: El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. (EFE)
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. (EFE)
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El que tuvo, retuvo. La pulsión bronquista y destructiva de los jóvenes adheridos a Sortu, partido nuclear de Bildu, dirigido por Arnaldo Otegi, se está reinventando. Lo hace, en palabras del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en Radio Euskadi, con la práctica de lo que el líder nacionalista denomina “la mozkorra borroka” que en traducción más o menos libre sería 'la lucha de borrachera'. Los vándalos, que se reúnen con desprecio absoluto a las restricciones por la pandemia y sin atender ni a una sola de las medidas sanitarias, beben alcohol, vacían las botellas y cuando llegan los 'ertzainas' se las arrojan, queman contenedores y lanzan gritos y consignas con evocaciones escalofriantes. Eso está sucediendo en varios lugares del País Vasco.

Los peneuvistas ven crecer la hierba y no se han andado con zarandajas. Saben que Bildu y Otegi, en plena fase precongresual, quieren aprovechar el difícil momento por el que atraviesa la Administración autonómica. El lendakari, Iñigo Urkullu, lleva ya tres titulares en tres años al frente de la Consejería de Sanidad, están fallando —como en tantas otras comunidades— los planes de vacunación, siguen en tasas muy altas los contagios y los fallecimientos.

placeholder El lendakari, Iñigo Urkullu. (EFE)
El lendakari, Iñigo Urkullu. (EFE)

A esta situación tan grave se ha unido un serio revés para el PNV: los directores gerentes de dos hospitales de referencia del Servicio Vasco de Salud —el de Basurto y el de Santa Marina, Eduardo Maíz y José Luis Sabas, respectivamente, ambos miembros del partido y buenos profesionales— tuvieron que dimitir el pasado 20 de enero por haberse vacunado sin atenerse al protocolo correspondiente. Bildu no ha necesitado más y ha pasado a la acción. Por eso, Ortuzar ha lanzado una advertencia. “En Euskadi nos conocemos todos”, ha dicho este domingo, ha culpado a la izquierda 'abertzale' de “crear focos de tensión” y ha reclamado de la coalición y de Otegi un “posicionamiento claro y nítido” para que “sus jóvenes” respeten a la policía, las medidas sanitarias y el toque de queda. El presidente de los nacionalistas acusa recibo: “Sabemos cómo se grita, los eslóganes y las pintadas que acompañan a estos incidentes”.

Bildu quiere jugar de poder a poder con el PNV y ahora aplica una estrategia de 'desgaste'. Ya lo hicieron antes de las elecciones del 12 de julio del año pasado con la catástrofe del vertedero de Zaldívar y antes con el caso de corrupción peneuvista en Álava. Según Ortuzar, ese intento “les salió mal”, aunque no tanto a tenor de sus resultados en las urnas. Por lo demás, el máximo dirigente del Euskadi Buru Batzar —ejecutiva nacional del PNV— volvió a poner el dedo en la llaga: Otegi y Bildu están “seducidos” por Pablo Iglesias y mantienen una “relación de dependencia con Pedro Sánchez”. Para que no hubiera dudas, el dirigente nacionalista advirtió contundente: “La izquierda 'abertzale' debe hacerse mayor. No puede querer ser en la calle revolucionaria y luego pisar moqueta en Madrid y ser colaboradora del Gobierno imperialista español”. Ahí queda eso.

La 'mozkorra borroka' es otra forma de lucha callejera que mantiene las credenciales actualizadas de lo que fue HB

Se reproduce —salvando las distancias— la pugna entre nacionalistas-independentistas (PNV y Bildu) vascos que se ha desbocado en Cataluña entre ERC y JxCAT. Y este no es un asunto local. La 'mozkorra borroka' es otra forma de lucha callejera que mantiene las credenciales actualizadas de lo que fue HB, resignificada ahora en Sortu-Bildu. Se aprovecha la pandemia para lanzar una ofensiva que busca réditos políticos: erosionar al Gobierno de coalición PNV-PSE, rentabilizar la decepción que ha causado que dos profesionales peneuvistas apreciados en Vizcaya al frente de dos hospitales hayan tenido que dimitir por una mala práctica deontológica, sacarle punta al hecho de que la Consejería de Sanidad haya tenido tres responsables en menos de tres años y, en definitiva, incrementar el clima de desasosiego y pesimismo que se ha adueñado de la sociedad vasca y del resto de España.

La violencia siempre ha estado en el subconsciente del radicalismo 'abertzale'. La denominada 'kale borroka' fue en su momento un terrorismo de baja intensidad destructivo e intimidante. Ahora, estamos ante una metamorfosis de aquella delincuencia callejera que se trata de 'explicar' por el supuesto abuso de las restricciones de movilidad y medidas sanitarias, buscando la complicidad de la opinión pública al modo en que siempre lo han hecho los filoetarras.

Foto: Un momento del pleno extraordinario celebrado este jueves en el Congreso de los Diputados. (EFE) Opinión

Bildu y Otegi quieren, con la inestimable ayuda de un Pablo Iglesias como blanqueador de sus peores perfiles, sobrepasar al PNV en el País Vasco y presentarse en Madrid con ademanes lanares y demostrarle a Sánchez que sus cinco votos en el Congreso son estratégicos en según qué situaciones, como, por ejemplo, en la convalidación del real decreto-ley sobre gestión de los fondos europeos.

Ya que el PSOE y Sánchez —que están viendo cómo se las gastan también en Cataluña— no atienden a las razones que provienen de sus sectores más sensatos, que lo hagan a las del PNV, que sabe muy bien de qué va esta historia circular de 'abertzalismo' radical en Euskadi. No lo olviden: la 'mozkorra borroka'. Patente 'abertzale' en la que pueden participar antisistemas, negacionistas, anarcos, nihilistas y, claro está, los nostálgicos de la 'lucha armada'. Y de por medio, la 'fascinación' morada (¿amoratada?) que provoca en esos ámbitos exasperados la verbosidad de Pablo Iglesias.

El que tuvo, retuvo. La pulsión bronquista y destructiva de los jóvenes adheridos a Sortu, partido nuclear de Bildu, dirigido por Arnaldo Otegi, se está reinventando. Lo hace, en palabras del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en Radio Euskadi, con la práctica de lo que el líder nacionalista denomina “la mozkorra borroka” que en traducción más o menos libre sería 'la lucha de borrachera'. Los vándalos, que se reúnen con desprecio absoluto a las restricciones por la pandemia y sin atender ni a una sola de las medidas sanitarias, beben alcohol, vacían las botellas y cuando llegan los 'ertzainas' se las arrojan, queman contenedores y lanzan gritos y consignas con evocaciones escalofriantes. Eso está sucediendo en varios lugares del País Vasco.

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