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La "tragedia" primaveral de la izquierda española
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José Antonio Zarzalejos

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La "tragedia" primaveral de la izquierda española

ERC y Bildu han decidido constituirse en árbitros del disenso en la izquierda tanto en la reforma del solo sí es sí como en el enfrentamiento entre Iglesias y Díaz. Ayer, día triunfal para los secesionistas con la ley de la vivienda

Foto: La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE/Archivo)
La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE/Archivo)
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Pablo Iglesias ha calificado de "tragedia" que la izquierda costalera del PSOE acuda desunida a las elecciones generales, lo que podría ocurrir si Sumar y Podemos no llegan a un acuerdo. Sin embargo, parte de esa "tragedia" ya se ha consumado sin remedio. Porque el proyecto de Yolanda Díaz se ha demorado demasiado y no se presenta a las elecciones municipales y autonómicas del 28-M, y está por despejar a qué siglas apoyará con su discurso y su eventual presencia en la campaña. Por otra parte, ERC y Bildu (ahora con 18 escaños en el Congreso) han tomado la decisión estratégica de intervenir en el disenso más simbólico —y también el más traumático— de la izquierda española —PSOE incluido—, que es la reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual o del solo sí es sí, una modificación de esa norma que enfrenta a Unidas Podemos y a los socialistas.

Los separatismos catalán y vasco, ERC y Bildu, ambos de izquierdas radicales y con acciones insurreccionales como el de Tsunami Democrático en 2019, ahora bajo investigación de la Audiencia Nacional, han disfrutado en la actual legislatura de una posición arbitral absoluta en los proyectos legislativos del Gobierno, en la convalidación de las decenas y decenas de decretos leyes y en el blindaje del Ejecutivo en sus momentos más difíciles. La ruptura entre los socialistas y Podemos, y de este partido con el proyecto de Yolanda Díaz, supondría una fragmentación electoral que podría acarrear la pérdida de la mayoría suficiente para reeditar la coalición y, en consecuencia, apear a los de Junqueras y Otegi de la "dirección estratégica del Estado", posición de dominio que propiciaron las gestiones de Iglesias con republicanos y abertzales, y que ayer culminó de manera políticamente obscena cuando Pedro Sánchez entregó a los autodenominados "soberanistas de izquierda" la baza triunfal de la ley de la vivienda.

Foto: Gabriel Rufián e Irene Montero. (EFE/Chema Moya)

ERC y Bildu no secundan la reforma de la ley del solo sí es sí presentada por el PSOE, porque su enmienda se alinea mucho más con Irene Montero que con Pilar Llop. Pretenden que los dos artículos críticos de la ley (el 178 y el 179, referido el primero al consentimiento) no se alteren y se introduzca una circunstancia agravante con cuya aplicación se elevarían las penas hasta situarlas en el nivel más severo del Código Penal de 2015. El PSOE se mantiene en rechazar la enmienda y persiste en la propuesta de crear un subtipo penal, mientras Irene Montero y Podemos se acercaban a los criterios de los dos grupos secesionistas. No parecen existir posibilidades de acuerdo, porque los planteamientos de técnica jurídica de unos y otros son incompatibles.

Pero el papel de los dos grupos independentistas —coordinados de forma casi permanente a lo largo de esta legislatura— va más allá, porque parecen tener el propósito de arbitrar también en el enfrentamiento entre Podemos y Yolanda Díaz. En ERC, existen criterios internos diferenciados: un grupo de dirigentes propugna el apoyo a Irene Montero (es decir, a Iglesias) y otro considera mejor mantenerse alejado del conflicto. En Bildu, el apoyo se lo lleva con práctica unanimidad Podemos frente a lo que podría significar el proyecto de Díaz. Aunque unos y otros se tientan la ropa por la incidencia que tuviera en Cataluña y en el País Vasco una opción electoral unitaria liderada por la gallega. Un reparo, sin embargo, que es menor ante la posibilidad de que la desunión haga más accesible una mayoría del PP y Vox en el Congreso.

En ERC, un grupo de dirigentes propugna el apoyo a Montero y otro prefiere alejarse del conflicto. En Bildu, el apoyo se lo lleva Podemos

No es la primera vez en nuestra historia reciente que la izquierda española depende de las izquierdas secesionistas de Cataluña y País Vasco. Aunque nunca de forma tan clara y rotunda como en la tesitura actual. La tragedia para la izquierda, que lo es también para España, consiste en que la potencia arbitral y la posición de dominio en la fragmentación política y representativa actual quedan en manos de unas fuerzas políticas que trabajan activamente por un proceso destituyente que desearían que cuajase en la próxima legislatura, en la que Sánchez, de repetir como presidente del Gobierno, sería mucho más frágil que en este mandato.

Foto: Irene Montero. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El socialista ha roto todos los puentes con el PP y, en consecuencia, no existe en España —a diferencia de lo que ocurre en otros países— la alternativa de una gran coalición entre los socialistas y los populares. El carácter estructural de la estrategia política de Sánchez —la suerte del PSOE vinculada siempre a los grupos teóricamente a su izquierda y a los independentistas— obstaculiza visualizar un escenario que no sea el de la máxima polarización.

Esta dependencia de la izquierda española de los secesionismos vasco y catalán es su auténtica "tragedia" y, por extensión, de la propia democracia constitucional, que entraría en una fase de desguace si en la XV legislatura —la próxima— se reitera la actual "mayoría de la investidura". Obviamente, del otro lado, la eventualidad de un pacto entre el PP y Vox plantea serias inquietudes, aunque, después del encuentro del pasado 5 de abril, tan indisimuladamente cordial, entre Georgia Meloni y Pedro Sánchez en Roma, la desazón ha disminuido. Y lo hace mucho más si se mira al norte europeo, un espacio en el que el giro a la derecha incluyendo a la extrema es demasiado evidente como para ignorarlo. Mientras tanto, hoy, en Zaragoza, Podemos se llena de balón, con una agresividad desbordada, en su fiesta de primavera precedida de un vídeo explosivo y desafiante. Un vídeo en el que se masca la "tragedia".

Pablo Iglesias ha calificado de "tragedia" que la izquierda costalera del PSOE acuda desunida a las elecciones generales, lo que podría ocurrir si Sumar y Podemos no llegan a un acuerdo. Sin embargo, parte de esa "tragedia" ya se ha consumado sin remedio. Porque el proyecto de Yolanda Díaz se ha demorado demasiado y no se presenta a las elecciones municipales y autonómicas del 28-M, y está por despejar a qué siglas apoyará con su discurso y su eventual presencia en la campaña. Por otra parte, ERC y Bildu (ahora con 18 escaños en el Congreso) han tomado la decisión estratégica de intervenir en el disenso más simbólico —y también el más traumático— de la izquierda española —PSOE incluido—, que es la reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual o del solo sí es sí, una modificación de esa norma que enfrenta a Unidas Podemos y a los socialistas.

Yolanda Díaz Irene Montero Bildu Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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