Señor presidente, no nos haga esto

Señor presidente del Gobierno en funciones:

Este texto, señor Sánchez, no es un artículo de opinión, ni un análisis. Es solo una reflexión que compartimos muchos vascos transterrados, también militantes en el socialismo de su partido, a los que nos ha dolido en el alma la fotografía en la que usted aparece, sonriente, recibiendo a la portavoz del grupo parlamentario de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Entendemos y asumimos que la legalidad permite a ese grupo parlamentario desenvolverse en el sistema institucional; es más difícil de comprender —con lógica democrática— que imponga a esa portavoz como su representante en las negociaciones para su investidura. Esta señora fue condenada por enaltecimiento del terrorismo en 1986; fue apartada de la profesión periodística y a ella se debe el protagonismo de episodios sórdidos de señalamiento a profesionales de la información en los años más ominosos del terrorismo de ETA.

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Nos preguntamos muchos si no era posible que usted exigiera que la representación de EH Bildu correspondiese a alguno de los diputados del grupo sin las evocaciones de Aizpurua, con un historial diferente, sin las repugnancias morales que desprende este triste personaje. No sabemos por qué nos ha hecho eso, señor presidente. Sencillamente, no lo merecemos. No merecemos que, a los pocos días de profanarse la tumba del asesinado Fernando Buesa sin condena en el Ayuntamiento de Vitoria de EH Bildu, usted reciba sonriente a Mertxe Aizpurua. Marta Buesa, a la que tanto aprecio como al resto de su familia, en la entrevista que me concedió para El Confidencial el 2 de julio de 2021 dijo serenamente que “los líderes de la izquierda abertzale son los mismos que hace 20 años. Es necesario que el resto del arco político y social lo tenga presente”.

¿No tiene, señor presidente, ni siquiera la posibilidad de establecer determinados criterios políticos y cívicos para mantener la interlocución institucional? ¿Tan rotundamente inútiles han sido los esfuerzos de los vascos —y del resto de los españoles— durante tantos años por arraigar la democracia con sangre y penalidades que no merecemos, al menos, un gesto de pudor?