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Mitterrand con Le Pen; Sánchez, con Abascal y Alvise Pérez
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José Antonio Zarzalejos

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Mitterrand con Le Pen; Sánchez, con Abascal y Alvise Pérez

Hoy y el 7 de julio podría colapsar la V República francesa. Y si así fuese, el país vecino podría ser el espejo en el que España se miraría. Sin Mitterrand no existiría Le Pen y sin Sánchez tampoco Abascal y Alvise

Foto: Exterior de la Asamblea francesa antes de las elecciones de este domingo. (Reuters/Benoit Tessier)
Exterior de la Asamblea francesa antes de las elecciones de este domingo. (Reuters/Benoit Tessier)
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El, quizá, mejor ensayo de Manuel Chaves Nogales (1897-1944) fue La agonía de Francia, escrito en 1940 y reeditado por Libros del Asteroide con prólogo de Xavier Pericay. El legendario periodista sevillano llega a Francia en 1940 huyendo del infierno español y se da de bruces con un país en el que la democracia se ha desplomado, dominado por el nazismo y por el colaboracionismo del Gobierno del mariscal Philippe Pétain. Chaves Nogales se desfonda y relata cómo "toda esa Francia, una creación espiritual conseguida en veinte siglos de civilización, de lucha constante contra la barbarie" se ha consagrado "furiosamente a la demolición del mito de la democracia". La alarma del periodista se disparó ante la constatación de que Francia había caído arrasada por la invasión hitleriana, apenas sin resistencia y transida por fuerzas políticas e ideológicas nacionales crispadas y antagónicas.

El declive general de la democracia

Cierto es que aquellos tiempos no son los de ahora, pero una potente línea de ensayismo político y de análisis histórico comparado posa su atención sobre el periodo de entreguerras (1920-1938) durante el que surgieron y se asentaron las peores dictaduras de la historia de Europa: el régimen nazi en Alemania, el fascismo en Italia y el estalinismo en la Unión Soviética. La II Guerra Mundial fue la más brutal catarsis occidental que dejó paso a las democracias liberales que se conjuraron en unir Europa, por un lado, y en contener durante la Guerra Fría la potencia soviética, por otro, que se imponía por la fuerza sobre toda la región oriental del continente. La invasión de Rusia a Ucrania, iniciada en febrero de 2022, reverbera las de las repúblicas díscolas aplastadas por el Kremlin después de 1945.

Aquellos tiempos también pasaron, pero la democracia liberal, de nuevo, está en declive. Con ese título (Democracia en declive) Jesús de Miguel, sociólogo, ha escrito para Agenda Pública un valioso análisis del informe de Democracy Report 2024 publicado por el instituto sueco Varieties of Democracy, en el que el propio autor ha participado. Se trata de un estudio de la democracia en casi 200 países que maneja hasta 600 variables de métrica de su calidad. Existe una regresión democrática en general: el nivel de democracia en el mundo se retrotrae a hace 40 años, 1985. El 29% de la población mundial habita en democracias, bien liberales o electorales, "pero la población que vive en países autocráticos no hace más que aumentar".

El 29% de la población mundial habita en democracias, "pero la población que vive en países autocráticos no hace más que aumentar"

Empeoran claramente las variables de la libertad de expresión, de las elecciones limpias y de la libertad de asociación. La de expresión "empeora sensiblemente en 35 países". Los sistemas políticos, continúa el autor, son volátiles porque al menos 60 países se 'autocratizan' o se democratizan" pero solo 18 de ellos caminan hacia una mayor libertad. Las autocracias parecen estar de moda. Este es el ranking: democracias liberales, 32 países; democracias electorales, 59 países; autocracias electorales, 54 países y autocracias cerradas, 33 países.

La democracia en España decrece "un poco" si se compara la de 2023 con la de 2013, aunque en el contexto mundial la situación española es "muy buena" según Jesús de Miguel, porque sigue en el grupo de las 32 democracias liberales, ocupando, no obstante, el puesto 23, con una nota global de 76. Para comparar nuestra situación: Dinamarca, la más democrática, alcanza una nota de 88. Pero se destaca que nuestro país tiene un índice muy bajo en "el componente participativo". En el componente igualitario y deliberativo, Francia está por debajo de España, pero lejos de Alemania, mientras Suecia es imbatible en estas variables de medición. Este el contexto occidental en el que se celebran las legislativas francesas, consecuencia de los resultados de los comicios europeos del 9-J.

Mitterrand propulsó a Le Pen; Sánchez, a Abascal y Alvise

Si hoy y el próximo 7 de julio los franceses sepultan definitivamente el centro de Macron, después de haber relegado a la insignificancia a los liberales y conservadores tradicionales y socialdemócratas, se producirá una colisión entre la extrema derecha (Reagrupamiento Nacional) y la extrema izquierda (Nuevo Frente Popular) y, según no pocos politólogos e historiadores, podría producirse el colapso de la V República y propiciar también un regreso de Francia a posiciones históricas de confrontación radical y, en definitiva, a un sistema autoritario que se manifieste en una falta de consenso absoluta en los fundamentos de la vida social y política francesa. Estaríamos, sin exagerar, en una segunda agonía de Francia que irradiaría sobre Europa entera.

En España los signos de morbilidad política son acusados. Presentamos los síntomas franceses. Aquí ha ocurrido como en Francia, que desde la izquierda del PSE con Mitterrand (presidente de la República entre 1981 y 1995) se instrumentalizó al 'lepenismo' para pinzar a los conservadores y liberales. La consecuencia tres décadas después es la que se ve: un PSF prácticamente inexistente, agregado a una extrema izquierda que domina el radical Jean-Luc Mélenchon, articulando un Frente Popular de desgraciadas evocaciones. Por su parte, la derecha conservadora y liberal, de dimensiones muy reducidas, se ha dividido en el apoyo a Macron y a Le Pen, sumida en el peor de los desconciertos. Los de la izquierda y los de la derecha han sido procesos de deterioro largos pero irremediables.

Foto: Alvise Pérez, líder de Se Acabó la Fiesta, tras las elecciones europeas. (EFE)

En España también lo están siendo: El PSOE y Sánchez estimulan a la extrema derecha (le resulta un antagonista imprescindible) de Abascal y de Alvise para ahogar al Partido Popular en el que se registran algunas corrientes de radicalismo que podrían convivir con lo que hoy representa Vox. Además, Se Acabó la Fiesta de Alvise ha sido nominado por Sánchez, proyectándolo durante la campaña del 9-J para barrenar las posibilidades del PP. El tipo ha sido una creación del llamado sanchismo. Todo demasiado parecido a lo sucedido en Francia, aunque los detonadores españoles de esta implosión respondan en parte a problemas muy específicos de nuestro país, como la irresuelta cuestión territorial. Comparten, no obstante, la armadura reactiva de todos los radicalismos de derecha que replican a los de izquierda.

Del mayo del 68 a los chalecos amarillos

España es deudora en muchos aspectos de la cultura política de Francia. La nación que con su Revolución (1789) marcó el principio de la era contemporánea dispone de una fuerza tractora extraordinaria sobre las tendencias ideológicas. El mayo francés de 1968 explica movimientos posteriores de largo aliento en Europa y fue un referente intelectual para todo el continente. Quizá llegue el momento de suponer que los 'chalecos amarillos' y su revuelta marquen también otro hito que se consumará hoy y el día 7 de julio en el país vecino. El caso francés, si hay derrumbe político como parece, justificaría a posteriori toda la literatura ensayística que desde Emmanuel Todd hasta Federico Rampini augura no solo el declive de la democracia, sino también la caída y transformación de los valores de las democracias occidentales.

El, quizá, mejor ensayo de Manuel Chaves Nogales (1897-1944) fue La agonía de Francia, escrito en 1940 y reeditado por Libros del Asteroide con prólogo de Xavier Pericay. El legendario periodista sevillano llega a Francia en 1940 huyendo del infierno español y se da de bruces con un país en el que la democracia se ha desplomado, dominado por el nazismo y por el colaboracionismo del Gobierno del mariscal Philippe Pétain. Chaves Nogales se desfonda y relata cómo "toda esa Francia, una creación espiritual conseguida en veinte siglos de civilización, de lucha constante contra la barbarie" se ha consagrado "furiosamente a la demolición del mito de la democracia". La alarma del periodista se disparó ante la constatación de que Francia había caído arrasada por la invasión hitleriana, apenas sin resistencia y transida por fuerzas políticas e ideológicas nacionales crispadas y antagónicas.

Noticias de Francia Pedro Sánchez
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