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Jorge Dezcallar

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Líneas rojas

Se han pasado varias líneas rojas que deberían ser infranqueables y los que están al timón en Barcelona están dando pruebas de un autismo y de un sectarismo inaceptables

Foto: Corte de tráfico organizado por los CDR en la AP-7 a su paso por L'Ampolla (Tarragona). (EFE)
Corte de tráfico organizado por los CDR en la AP-7 a su paso por L'Ampolla (Tarragona). (EFE)

No quería volver a escribir sobre Cataluña al menos en una temporada, pero me parece que lo que está ocurriendo anuncia un grave deterioro de la convivencia y sería cobardía no denunciarlo antes de que sea demasiado tarde. Se han pasado varias líneas rojas que deberían ser infranqueables y los que están al timón en Barcelona, aunque sea de forma delegada desde Bruselas, están dando pruebas de un autismo y de un sectarismo inaceptables.

Cuando un presidente de un gobierno autonómico se permite decir una estupidez como que "los eslovenos decidieron autodeterminarse y tirar hacia adelante en el camino de la libertad con todas consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir libres" está a la vez mintiendo porque no hay nadie en Cataluña que no sea libre (salvo que haya delinquido), ignora las diferencias entre Cataluña y Eslovenia (Yugoslavia no era una democracia, su Constitución federal reconocía el derecho de autodeterminación y la sociedad eslovena estaba unida), y está llamando a la insurrección armada con una frivolidad inaceptable en una persona con sus responsabilidades. El presidente Torra no puede ignorar que la secesión eslovena se logró tras una guerra que costó 18 muertos eslovenos y otros 44 a las fuerzas federales yugoslavas. También murieron 12 extranjeros. Supongo que piensa que los muertos españoles no importan porque a tenor de sus conocidas ideas racistas los considera seres inferiores.

Foto: Aficionados de Eslovenia muestran su bandera durante un partido de baloncesto. (EFE)

Y otro fanático, el 'exconseller' de Interior, Toni Comin, ha añadido desde un lugar también simbólico como Waterloo que "el tramo que nos queda para llegar hasta el final será dramático. Ha llegado el momento de pagar el precio alto, pero inevitable, de nuestra libertad". Se ve que ambos sustituyen con excesos verbales la falta de votos y de escaños hasta para cambiar el Estatut. Sus declaraciones muestran un preocupante grado de fanatismo pero no tienen la misma trascendencia porque a diferencia del presidente de la Generalitat el señor Comín no se representa más que a sí mismo.

El otro hecho muy grave es el paso que ha intentado dar el señor Torra al poner a la policía autonómica al servicio de sus secuaces de la CUP en lugar de preservar el orden público, como es su obligación. Tras recibir severas críticas oficiales por enfrentarse a una manifestación violenta, los mossos se han cruzado de brazos dejando a los CDR bloquear la principal autopista catalana durante el puente de la Constitución. Cuando una policía deja de obedecer las leyes para obedecer al gobierno de turno se convierte en una policía política. Yo si fuera mosso estaría muy preocupado porque este presidente es capaz de darles cualquier día de estos la orden de disparar contra la Policía Nacional o la Guardia Civil y comenzar así la heroica secesión a la eslovena.

Foto: Quim Torra. (Raúl Arias) Opinión
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Hasta ahora el señor Torra bailaba una peculiar yenka de un paso atrás y otro adelante, hacía declaraciones racistas y xenófobas, se plegaba como una marioneta a los caprichos del fugado en Bélgica y desprestigiaba de esta forma la dignidad del antiguo cargo que no me explico cómo puede ostentar (¡si Tarradellas levantara la cabeza!). Pero ahora, con su llamada a la violencia ha cruzado el Rubicón y no podemos seguir mirando hacia otra parte mientras la mitad de los catalanes ven su propia vida amenazada por tanto disparate y la otra mitad viven en un bucle autista que se han creado para ellos y que nada tiene que ver con la realidad.

He participado en Barcelona en un reciente encuentro en la cadena independentista TV3 y allí se hablaba de cosas tan estrambóticas como el parecido del 'procés' con la independencia de las repúblicas iberoamericanas (!), la debilidad de la Monarquía y el Estado, el fin del sistema capitalista... y se irritaban cuando yo aducía que lo que hay es un problema catalano-catalán, que la mitad de los catalanes quieren seguir en España, que nunca puede ser democrático violar las leyes y la Constitución, que uno no es independiente porque lo grite sino porque los demás se lo crean, que es mejor poner el énfasis en lo mucho que nos une y no en lo que nos separa, etc. Igual que les irritó mucho que les comentara que Borrell me parece un hombre inteligente y un buen ministro de Exteriores. Lo que allí detecté no es solo autismo sino odio, que supongo es fruto de la frustración que sienten y que mucho me temo que solo irá a más a medida en que esta siga aumentando.

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El gobierno del señor Sánchez ha decidido hacer un Consejo de Ministros en Barcelona el próximo día 21 de diciembre, algo que desde la Generalitat se consideró inicialmente una "provocación" animando al pueblo a manifestarse en contra. Y el Gobierno central respondió anunciando el envío de policías para proteger a los ministros. Parece una prueba de firmeza, pero en realidad muestra debilidad porque lo que el presidente Sánchez no puede permitir es que una policía autonómica no cumpla la ley y no garantice el orden público, como es su responsabilidad. Y si no lo hace (como no lo hizo durante la parodia del referéndum del 1-O) el Gobierno debe someterla al control directo del Ministerio del Interior o disolverla. Porque una democracia como la española no se puede permitir una policía política de estilo franquista dentro de sus fronteras.

En el Parlamento catalán hay que exigir responsabilidades a tanto despropósito y también debe hacerlo el gobierno central. Porque si un día por desgracia acaba habiendo muertos, habrá culpables.

No quería volver a escribir sobre Cataluña al menos en una temporada, pero me parece que lo que está ocurriendo anuncia un grave deterioro de la convivencia y sería cobardía no denunciarlo antes de que sea demasiado tarde. Se han pasado varias líneas rojas que deberían ser infranqueables y los que están al timón en Barcelona, aunque sea de forma delegada desde Bruselas, están dando pruebas de un autismo y de un sectarismo inaceptables.

Cataluña CDR Quim Torra