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Euskadi: caja única, ahora sí
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Javier de Andrés

El Espejismo Vasco

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Euskadi: caja única, ahora sí

La solución en torno a la que se va a negociar parece que será la de que en el sobre en el que los pensionistas vascos reciben su mensualidad esté el escudo de Euskadi en lugar del de España

Foto: El 'lehendakari', Iñigo Urkullu, en un pleno en el Parlamento Vasco. (EFE)
El 'lehendakari', Iñigo Urkullu, en un pleno en el Parlamento Vasco. (EFE)

En el año 1993, el Parlamento Vasco aprobó un informe firmado por el dirigente del PNV Joseba Zubia que establecía que, tras las sucesivas transferencias hechas al País Vasco, aún quedaban pendientes 54 materias que debían de pasar a manos del control autonómico. Después de ese informe, se han traspasado 36 nuevas competencias. El pasado jueves, el Gobierno Vasco y el del Estado acordaron un calendario para el traspaso de 32 competencias más. Como se puede ver, las 54 materias pendientes se han elevado en estos años a 68.

El Gobierno Vasco entiende que este aumento de las transferencias demandadas se debe a que "nunca la materialización de las transferencias pendientes se correspondió con una foto estática", sino que se trata de un desarrollo "dinámico". Esta interpretación hace que la culminación del Estatuto Vasco sea tan difícil de alcanzar como Aquiles a la tortuga y que siempre haya materias para poder quejarse de que el Estatuto de Gernika no se cumple.

Foto: Urkullu inaugura la terminal de contenedores en el puerto de Bilbao, en 2019. (EFE)

Es cierto que quedan algunas materias pendientes de transferir. En general son cuestiones muy menores como el desaparecido FROM o la emisión del ISBN, hay otras cuestiones que ya han sido transferidas a otras comunidades autónomas como los ferrocarriles de cercanías, otras que solo tienen la pretensión de que el Estado desaparezca del País Vasco, como la de Paradores o la Agencia Estatal de Meteorología, y algunas de gran relevancia como es la de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. En efecto, el artículo 18 del Estatuto de Autonomía cita esta competencia, pero, al mismo tiempo, en su disposición adicional quinta dice que se hará "dentro de su carácter unitario y del respeto al principio de solidaridad, según los procedimientos, plazos y compromisos que, por una ordenada gestión, se contengan en tales convenios".

El Gobierno Vasco ha ido tanteando al Tribunal Constitucional con sucesivos recursos para ver por dónde encontraba una grieta por la que entrar, pero el Constitucional ha resuelto con claridad que existe una unidad de titularidad presupuestaria de la Seguridad Social, ya que "si faltara un único titular de los recursos financieros del sistema público de aseguramiento social, tanto para operaciones presupuestarias como extrapresupuestarias, no podría preservarse la vigencia efectiva de los principios de caja única y de solidaridad financiera, ni, consecuentemente, la unidad del sistema".

Esa pretensión de ruptura de la caja única de la Seguridad Social es lo que hacía imposible poder llegar a un acuerdo

Esta sentencia dictada en el año 1989 no ha impedido que el consejero Iosu Erkoreka, actual negociador por parte del Gobierno Vasco, dijera en 2011 que solo el traspaso integral de la transferencia de la Seguridad Social garantiza "el poder adquisitivo de las pensiones" y que ello serviría para dar "a las viudas y viudos y a los prejubilados vascos lo que les corresponde y la legislación española les niega". Esa pretensión de ruptura de la caja única de la Seguridad Social es lo que hacía imposible poder llegar a un acuerdo entre el Estado y el Gobierno Vasco en esta materia y así se ha sostenido hasta hace bien poco tiempo.

Iñaki Anasagasti ironizaba hace año y medio en su blog en contra del empeño del Estado por defender la idea de la caja única y aseguraba que en el interior de esa caja debían de estar "los restos del Cid, de los Reyes Católicos, del brazo incorrupto de Santa Teresa, y del general Franco".

Foto: Iñigo Urkullu, Carolina Darias y Josu Erkoreka, este jueves en Lehendakaritza en los momentos previos a la reunión para abordar el traspaso de competencias al País Vasco. (Irekia)

Pero la venda se ha caído de los ojos. No ha sido una relectura del Estatuto ni las sentencias del Constitucional ni la reiterada negativa de los sucesivos gobiernos. La realidad que ha hecho cambiar la voluntad de los nacionalistas a este respecto han sido los contundentes datos que convierten en ridículas las pretensiones de crear un sistema propio de pensiones que siquiera se aproxime al modelo que actualmente está sufragado por el conjunto de los trabajadores españoles. Una solidaridad entre trabajadores (que no solidaridad interterritorial) de la que quienes han contribuido desde el País Vasco se hacen ahora beneficiarios netos.

El último ejercicio del que se tienen datos completos, 2018, indica que en Euskadi se ingresaron 5.229 millones de euros por cotizaciones sociales, mientras que los gastos por prestaciones contributivas se elevaron a 9.236 millones, un déficit de 3.997 millones de euros que, sin duda, han aumentado en el ejercicio 2019. Un déficit que sitúa a Euskadi entre las comunidades autónomas con más saldo negativo debido al envejecimiento de la población y a las altas pensiones que reciben los jubilados vascos, otrora generosos contribuyentes al sistema.

Euskadi está entre las comunidades con más saldo negativo debido al envejecimiento de la población y a las altas pensiones que reciben los jubilados

Si se hiciera una transferencia en los términos que Erkoreka demandaba hace menos de diez años y de la que Anasagasti hacía mofa hace año y medio, el presupuesto vasco se vería con la necesidad de incrementar sus ingresos tributarios en un 37% solo para cubrir ese déficit. Si escogiera recurrir a la deuda para hacer frente a esa cifra, no solo no cumpliría con la regla de gasto sino que no lograría colocar papel en el mercado al aumentar en un 450% el recurso al crédito en un solo año.

No cabe duda de que estas cifras han servido para moderar las pretensiones de autogobierno de los nacionalistas vascos, que hoy ven con mejores ojos la solidaridad del sistema y que sea el Estado quien afronte la penuria del modelo. La solución en torno a la que se va a negociar parece que será la de que en el sobre en el que los pensionistas vascos reciben su mensualidad lleve el escudo de Euskadi en lugar del escudo de España. La desaparición visual del Estado, pero no la efectiva.

En el año 1993, el Parlamento Vasco aprobó un informe firmado por el dirigente del PNV Joseba Zubia que establecía que, tras las sucesivas transferencias hechas al País Vasco, aún quedaban pendientes 54 materias que debían de pasar a manos del control autonómico. Después de ese informe, se han traspasado 36 nuevas competencias. El pasado jueves, el Gobierno Vasco y el del Estado acordaron un calendario para el traspaso de 32 competencias más. Como se puede ver, las 54 materias pendientes se han elevado en estos años a 68.

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