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La conjura de los necios
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Irene Lozano

Palabras en el Quicio

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La conjura de los necios

¿De verdad vamos a confiar el futuro del país a un perito calígrafo? Salgamos ya de esta situación, porque el gremio se confunde con el de

¿De verdad vamos a confiar el futuro del país a un perito calígrafo? Salgamos ya de esta situación, porque el gremio se confunde con el de los grafólogos y si seguimos así algún observador ajeno acabará pensando que estamos a punto de pedir a una tarotista que nos confirme si a Rajoy le sale la Rueda de la Fortuna boca arriba o boca abajo.

Resulta crucial mantener la cordura. Y para ello propongo tres actos sencillos que no solucionarán las cosas, pero salvarán nuestra capacidad de raciocinio, requisito fundamental para que no empeore más nuestro futuro.

1-      Rechacemos de entrada todo intento de explicación sobrenatural. Parece que ha existido un tal Bárcenas que escribe con la letra de otro y puede haber hablado con una voz que no es la suya, mientras su espíritu frecuentaba la sede de un partido del que había sido expulsado. A este hombre le crecen cuentas en Suiza de forma inopinada, cuentas en las que acumulaba millones (estos sí, indudablemente suyos) mientras administraba la tesorería del PP, hecho que en el mundo paranormal no guarda la menor relación con el enriquecimiento personal.

por encima de todo, no nos desmoralicemos. Su propia incuria ha cerrado todas las salidas, de manera que los tenemos casi rodeados. A estas alturas, de poco sirven comisiones de investigación en las que la verdad se decide por mayoría

En fin, hasta la literatura ofrece explicaciones más verosímiles. Hay un célebre pasaje del Lazarillo en que el ciego le ofrece un racimo de uvas para comer entre los dos equitativamente, cogiéndolas de una en una. Enseguida empieza el ciego a comerlas de dos en dos y, Lázaro, aprovechando que no es visto por su amo, comienza a cogerlas de tres en tres. Cuando acaban, el ciego acusa al joven pícaro de haberle engañado. Lázaro lo niega y le pregunta por qué sospecha, a lo que el ciego contesta: “¿Sabes por qué veo que las comiste de tres en tres? Porque yo comía de dos en dos y callabas”. Hay cosas que ve hasta un ciego: cuando alguien coge los billetes de tres en tres, siempre deja que los tomen a pares quienes han de callar.

2.- Rechacemos frontalmente la charlatanería. Advirtamos a los bustos parlantes del Politburó popular que necesitan la Glasnost, aquella apertura que Gorbachov puso de moda hace un cuarto de siglo: hoy traduciríamos “transparencia”. Nuestras mentes sutiles no toleran ser tomadas por idiotas durante más tiempo. Dejen de dar explicaciones inverosímiles. ¿Fiestas infantiles con confeti suficiente para ahogar a un colegio? ¿Funcionarios de partido que cobran por no ir a trabajar? ¿Un despiste supino que impide percatarse del Jaguar en el garaje? ¿Un marido tan taciturno que sigue sentado en el sofá mientras una cree que se fue a por tabaco? Estas cosas no ocurren, y mucho menos todas a la vez. Aquí la única conspiración que existe es esa conjura de los necios que trata de quebrar nuestro sentido común más elemental.

3.- Por último, y por encima de todo, no nos desmoralicemos. Su propia incuria ha cerrado todas las salidas, de manera que los tenemos casi rodeados. A estas alturas, de poco sirven comisiones de investigación en las que la verdad se decide por mayoría. La dimisión de un par de ministros, o incluso del presidente, no mejoraría gran cosa. El bloqueo ha llegado a tal punto que ni siquiera unas elecciones darían oxígeno, ya se ve lo poco que ha durado la bombona del 20-N. Y esta es la buena noticia: como la única salida es cambiar las reglas, no habrá otro remedio que hacerlo. El régimen parece tener todo el poder, pero ya sólo está en condiciones de decidir hasta cuándo prolongará su agonía.

¿De verdad vamos a confiar el futuro del país a un perito calígrafo? Salgamos ya de esta situación, porque el gremio se confunde con el de los grafólogos y si seguimos así algún observador ajeno acabará pensando que estamos a punto de pedir a una tarotista que nos confirme si a Rajoy le sale la Rueda de la Fortuna boca arriba o boca abajo.