La lideresa retornará en loor de multitudes

-Creo que la ‘jefa’ cada vez lo tiene más claro: será candidata en el 2015, sí ó sí...

La fuente me ha dado antaño muchas exclusivas envueltas en primicias. Por un lado, cada vez está más claro que Esperanza Aguirre no puede vivir sin la política y el PP madrileño no puede vivir sin su particular lideresa.

A Esperanza, que viene del Olimpo, se la bufan los ecos y sólo quiere conocer las voces del poder en el PP que, ahora, además, son del Gobierno, algo que siempre ha respetado mucho porque fue ministra en el primer gabinete Aznar. Gracias a ello todavía respeta algo -aunque poco- a la que fue su compañera de promoción en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, Ana Botella, pero tampoco está dispuesta a darle más cuartelillo que unos años en ausencia de Ruiz-Gallardón.

Aguirre está reclamando elecciones internas y democracia primaria porque está segura de arrollar en su dicasterio de Madrid y, en segundo lugar, porque a las alturas vitales en las que juega el partido quiere dejar, al menos, un mínimo legado de liberalismo británico que llegado el caso puede decapitar al más pintado como ocurrió en su día con su admirada Maggie.

No hay que olvidar que Aguirre pasó de ser considerada la Espe a Lady Iron, bien es verdad que con Isabelita Gallego de por medio.

A Mariano Rajoy le trae al pairo que regrese Aguirre o tiren a la cuneta a Botella. Lo único que le interesa es mantener la plaza de Madrid en lo que pueda coadyuvar para mantener su poltrona. El resto le importa tanto como que Moragas se vaya a jugar al pádel a Somontes en las horas del almuerzo.

Tengo para mí que decapitada fácticamente la seño que nunca tuvo que habitar en el Palacio de Cibeles, Aguirre apretará el acelerador in crescendo para que cuanto antes se produzca el relevo como cosa natural.

Ciclón Aguirre está a punto de fagocitar a una pobre Botella que siempre entendió la política como una partida de canasta.