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La lista defraudadora de Montoro, a punto
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Graciano Palomo

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La lista defraudadora de Montoro, a punto

Cristóbal Montoro no se quiere jubilar de ministro. No sin antes haber ajustado las cuentas a unos cuantos, es decir, a muchos que año tras año

Foto: Sesión de control al Gobierno en el Senado
Sesión de control al Gobierno en el Senado

Cristóbal Montoro no se quiere jubilar de ministro. No sin antes haber ajustado las cuentas a unos cuantos, es decir, a muchos que año tras año han birlado dinero a las arcas públicas. Muy especialmente a ésos que conoce y se permiten el lujo de darle lecciones de moralidad día sí y día también.

Pues bien, hoy puedo escribir que la amplia lista de grandes, medianos y hasta pequeños defraudadores está perfectamente tabulada y los inspectores fiscales hacen su trabajo. Pero el menudo jienense quiere también ajustar el dogal con publicidad y sin alevosía, una vez que todas las pesquisas investigadoras han sido resultas y otras están a punto de concluir, pendriver de Falciani, incluido.

Les ha sorprendido la celeridad con la que algunos paraísos fiscales han respondido afirmativamente y la colaboración de entidades financieras que remoloneaban demasiado.

Entonces, ¿qué demonios pasa para que la ordinary people conozca nombres, apellidos y cantidades?

Pues que los abogados del Estado se han puesto estupendos y advierten al titular de Hacienda que no puede dar a conocer el listado sin antes modificar dos leyes orgánicas: la Ley de Protección de Datos y la Ley General Tributaria.

En eso se está, oiga. Pero modificar dos leyes orgánicas con sus trámites parlamentarios, sus informes jurídicos, etc... no es cosa baladí en el premioso sistema parlamentario español.

De modo y manera que quizá el ministro tenga que reintegrarse a su cátedra de Hacienda Pública en Cantabria sin haber demostrado a los defraudadores quién manda aquí. Recordar que es una ambición que tiene desde el año 2000, cuando José María Aznar le birló medio cartera al entonces todopoderoso vicepresidente Rodrigo Rato.

Cristóbal Montoro no se quiere jubilar de ministro. No sin antes haber ajustado las cuentas a unos cuantos, es decir, a muchos que año tras año han birlado dinero a las arcas públicas. Muy especialmente a ésos que conoce y se permiten el lujo de darle lecciones de moralidad día sí y día también.

Cristóbal Montoro