Palo Alto
Por
Y los militares, ¿qué opinan de Cataluña?
“Nunca habíamos pensado que tendríamos que vivir una situación como la creada en Cataluña... Algún general ya avisó cuando lo del Estatut de que nosotros tenemos
“Nunca habíamos pensado que tendríamos que vivir una situación como la creada en Cataluña... Algún general ya avisó cuando lo del Estatut de que nosotros tenemos una misión constitucional clara respecto a garantizar la unidad de España...”.
Es lo máximo que logré sacar de un oficial de alta graduación, en activo, que viste fajín azul de Estado Mayor, que habla idiomas y ha estado destinado en países europeos.
La deriva rupturista catalana lo emponzoña todo. Desde los dineros que los chicos del Barcelona World tienen preparados, por un lado, a los jugadores del Barca que quieren seguir vistiendo la zamarreta española que les garantiza ser campeones del mundo y de Europa, por el otro.
Santiago Espot, un comercial de una multinacional alemana, el más significado personaje en el odio visceral a España, suele decir que este movimiento secesionista es posible porque los catalanes rupturistas han perdido el miedo al Ejército -al que llama corrupto, colonialista, sanguinario, iletrado, etc.-, aunque olvida que hace escasos meses algunos de sus conmilitones pusieron el grito en Estrasburgo porque dos F-18 sobrevolaron su comunidad autónoma al despegar en ejercicios habituales de su base en Zaragoza.
Nadie en su sano juicio puede pensar hoy, y mucho menos decir, que el quilombo equinocial de Mas & Cía se pueda o se deba sustanciar con la apelación a la última ratio de un Estado. Estoy de acuerdo, ni siquiera pensarlo. El mundo y Europa se han vuelto lo suficientemente civilizados para no tener que llamar a los que no queremos que vengan.
Ello no quiere decir que los componentes de las Fuerzas Armadas, hoy democráticas y constitucionales sin ningún género de dudas (pregunten por ejemplo a Félix Sanz Roldán, general de cuatro estrellas), no tengan sus estados de opinión. Porque los tienen claros y precisos. A ningún oficial o mando responsable -y lo son en su inmensa mayoría- se le ocurriría nada que no le fuera o fuere ordenado por la autoridad competente y legítima.
Dicho y subrayado lo anterior, constar su inmenso, monumental, inabarcable cabreo.
“Sólo respondemos cuando se nos pregunta... Y se nos pregunta poco...”.
“Nunca habíamos pensado que tendríamos que vivir una situación como la creada en Cataluña... Algún general ya avisó cuando lo del Estatut de que nosotros tenemos una misión constitucional clara respecto a garantizar la unidad de España...”.