El kilowatio abrasa al ministro canario

Aquellos que llevan venteando desde hace meses una próxima crisis de Gobierno lo hacen por dos causas. La primera, porque no tienen ni remota idea de lo que piensa el único ciudadano de España que tiene esa facultad, o bien porque algunos intereses tienen en que se mueva el braserillo alrededor de la mesa del Consejo de Ministros.

Ello no quiere decir que los ciudadanos, incluso la opinión publicada, no tenga su propia percepción sobre los miembros del gobierno que deberían ser relevados porque al fin y a la postre no van a tener que ir a un esquina con el cazo para poder sobrevivir.

Hay nombres que no se sostienen ya ni con cinta adhesiva. Casi todo el mundo coincide en ello. Abriendo el ranking el intratable ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. Una pena que una idea gubernamental nacional para poner algo de orden en un sector insostenible como la Educación -trufado de demagogia, mentiras, intereses creados, nepotismo e incompetencia de sus principales actores, que son los profesores (no todos)- se vaya al carajo porque su titular se crea que es más listo que nadie y exhiba unas formas y maneras que provocan el pitorreo general y la chacota de propios y extraños. ¡Una pena! Antes que ministro se tiene que acreditar como persona educada y sin tacha y tengo para mí que un programa aceptable para una nación que lo es se vaya al traste porque el sujeto cooptado en cuestión por el presidente -vía Pedro Arriola- no da la talla en los mínimos personables exigibles. Pero, ¿sabrá el presidente lo que perpetra a diario el compañero de Gomendio?

Hay otros ministros que al margen de la levitación imprescindible por viajar en coche oficial y todo lo que conlleva una cartera ministerial en España se conducen con su propio paso y con una cierta dignidad ad hoc. Otra cosa es que las medidas que se tomen sean las correctas y sean capaces de subsistir al actor cuando se tocan temas de comer, es decir, dinero, esto es, mucho dinero.

José Manuel Soria, a la sazón y aunque no lo parezca ministro de Industria, y Turismo, es uno de ellos. El toro de las eléctricas es demasiado para el canario que, al final, terminará por volver a ser candidato en sus islas. Ya sabemos que el Estado no tiene 20.000 millones de euros para compensar a las renovables pero es que su default ha dejado al Reino a la intemperie internacionalmente.

Precisamente, Mariano Rajoy todavía anda por Japón, cuyos fondos han sido los principales paganos de la quiebra de seguridad jurídica en la que ha entrado el gobierno español.

¡A Canarias voy! ¡De Canarias vengo…!