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Martín Villa reconoce sus complejos
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Graciano Palomo

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Martín Villa reconoce sus complejos

Hace unos días, la Fundación para la Defensa de la Transición, presidida por el general Andrés Casinello, jefe de los Servicios Secretos e íntimo colaborador de

Foto: Alberto Núñez Fejóo, Marcelino Oreja y Rodolfo Martín Villa. (Efe)
Alberto Núñez Fejóo, Marcelino Oreja y Rodolfo Martín Villa. (Efe)

Hace unos días, la Fundación para la Defensa de la Transición, presidida por el general Andrés Casinello, jefe de los Servicios Secretos e íntimo colaborador de Adolfo Suárez (trajo a Tarradellas) y de la que forman parte comunistas (Teodulfo Lagunero), excomunistas como José María Mohedano y Paca Sauquillo y socialistas como Luis Solana, amén de ex UCD a gogó, invitó al exministro Rodolfo Martín Villaa dar una charla/comida.

Para los de menos edad les diré que el leonés Martín Villa fue un hombre clave durante toda la Transición y es el paradigma de los jóvenes que sirvieron en el franquismo y que luego se apuntaron honradamente a la democracia hasta el punto de que el Grupo Prisa le hizo presidente (Sogecable). Conozco de aquellos años al exjefe del SEU y hace tiempo que tenía ganas de oírle decir lo que al parecer dijo en el aquelarre mencionado, moderado por el talento (indiscutible) de Miguel Ángel Aguilar, que no es sospechoso de nada o alguno diría que de todo. Y dio la clave y en la clave: “Hicimos algunas cosas porque teníamos muchos complejos ante la izquierda, veníamos de donde veníamos...”.

Utilizó palabras significativas para explicar el “milagro español”, algunos de cuyos lodos se remueven en la actualidad: tuvimos que doblegarnos, plegarnos, aguantarnos, sufrir, resignarnos, conformarnos...

Y todo ello para explicar la deriva rupturista actual de Cataluña, que es algo que aquellos reformistas del régimen anterior (Rey incluido) trataban de evitar a toda costa. No invocó el verbo 'CEDER' pero va de suyo. Es cierto que en ese almuerzo estaba también un embajador de España, Eugenio Bregolat, catalán de origen y nacimiento, que fue entonces uno de los principales asesores de Suárez y ahora tampoco sabe a qué carta quedarse con eso de la identidad.

Quiero recordar aquí, porque fui yo quien lo dio en exclusiva en esta misma columna, que cuando CiU decidió echarse al monte, Martín Villa (fue gobernador civil de Barcelona en las postrimerías del franquismo y amigo personal de Jordi Pujol) le remitió una durísima carta advirtiendo que no fue eso lo pactado durante la Transición. Porque el exministro distinguió siempre entre catalanismo (Ok, transigimos) e independentismo (oposición frontal). El último supuesto ya está sobre la mesa y de qué manera.

Pero lo sustancial es siempre lo importante. Ahora hay ruptura porque se transigió y se transigió porque había complejos. ¿Qué complejos? De haber servido al franquismo. Desde Paco Fernández Ordoñez, pasando por Suárez y terminando por Martín Villa. Los famosos “azules”.

Algo que nunca tuvo, por ejemplo, Federico Mayor Zaragoza, que de subsecretario de Educación con Franco y ministro con Leopoldo Calvo Sotelo, terminó por convertirse en la referencia intelectual de Rodríguez Zapatero y ahora socio político de Baltasar Garzón.

¡Vivir para ver!

Hace unos días, la Fundación para la Defensa de la Transición, presidida por el general Andrés Casinello, jefe de los Servicios Secretos e íntimo colaborador de Adolfo Suárez (trajo a Tarradellas) y de la que forman parte comunistas (Teodulfo Lagunero), excomunistas como José María Mohedano y Paca Sauquillo y socialistas como Luis Solana, amén de ex UCD a gogó, invitó al exministro Rodolfo Martín Villaa dar una charla/comida.

Rodolfo Martín Villa CiU