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La venganza fatua de Miguel Blesa
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Graciano Palomo

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La venganza fatua de Miguel Blesa

El expresidiario de Soto del Real ha vuelto a los tribunales de Justicia ahora para tratar de meter entre rejas al juez Elpidio Silva

Foto: Caso Blesa
Caso Blesa

El expresidiario de Soto del Real ha vuelto a los tribunales de Justicia ahora para tratar de meter entre rejas al juez Elpidio Silva,que pretendía, creo, esclarecer si el ex compañero de piso de Aznar se lo había llevado calentito en las distintas y raras operaciones que Cajamadrid bajo su mando perpetró dentro y fuera del territorio nacional.

De su deposición ante los magistrados lo más relevante (poner a caldo a Silva iba de suyo y se daba por descontado) fue confirmar que, en efecto, comentó con su jefe político y protector, José María Aznar, su situación procesal una vez abiertas las diligencias en sede judicial. No es asunto baladí en modo alguno porque si hay un ex presidente de Gobierno que mantiene abiertas las líneas con parte de ese poder (sin que haya que presuponer nada, of course, que éste tiene una tendencia irrefrenable a poner demandas y querellas con las que aumentar el inmenso patrimonio de Fazmatella, S.L.), éste se apellida Aznar López.

Lo suyo es que Miguel Blesa diga de una vez por todas si fueron estulticia natural los enormes errores cometidos en inversiones con dinero que no era de su propiedad. Que confiese de una maldita vez qué agujero dejó en Cajamadrid; que relate cómo, con qué criterios y de qué manera cooptó a los ejecutivos que hundieron la entidad; que cuantifiquecréditos, subvencionesy gabelas a amigos y amiguetes; que dé cuenta de viajes de los altos ejecutivos y del propio consejo de administración e incluso qué cargos imputó a su Visa como presidente de la otrora segunda caja de ahorros de España.

Esto es lo que interesa realmente a los ciudadanos, a los impositores de Cajamadrid, a los que engañó con las preferentes y demás recua de actuaciones que todavía no conocemos en detalle.

Al juez que le enchironó le podrán mandar a galeras, sin duda. Es más, lo mandarán y probablemente con la legalidad en la mano. Pero ello no empaña el hecho de que su gestión fue nefasta, trufada de nepotismo, amiguismo, clientelismo político por doquier (y no sólo hacia el PP) y lo que es más decisivo: su nombre siempre estará asociado a un generalizado desmán y su nombramiento ligado a una intolerable cercanía al entonces primer ministro sin que se tuviera en cuenta para nada su capacidad técnica que, visto lo visto, carecía por completo.

Y ahora, si lo desean y pueden (que pueden), saquen la piel a tiras al atrabiliario juez Silva.

El expresidiario de Soto del Real ha vuelto a los tribunales de Justicia ahora para tratar de meter entre rejas al juez Elpidio Silva,que pretendía, creo, esclarecer si el ex compañero de piso de Aznar se lo había llevado calentito en las distintas y raras operaciones que Cajamadrid bajo su mando perpetró dentro y fuera del territorio nacional.

Miguel Blesa Caja Madrid