Mayor Oreja será el candidato a Europa

Dejémonos de cábalas y cuentos de salón. Si se observan con atención los movimientos para la decisiva cita del 25-M (elecciones al Parlamento Europeo), la primera consulta electoral desde la llegada al poder del Partido Popular el 20-N (2011), se podrá comprobar que el actual cabeza de lista en Estrasburgo, Jaime Mayor Oreja, está callado como un monje trapense, pese a que algunos de sus teóricos deudos andan rumiando por todas las esquinas maldades democristianas contra el presidente Rajoy y la secretaria general María Dolores de Cospedal.

A Mariano esas cosas le disgustan, toma nota (a su estilo) pero no son suficientes para crear un problema para resolver otro. Sabe que si excluyera al exministro del Interior y teórico jefe en activo del ala dura del Partido Popular crearía un malestar sobre el que se cobijarían otros nombres de menor entidad y se trataría de aprovechar el rebufo para levantar cínicamente otras posibilidades. No lo hará. Al final lo que buscará es el voto de los “suyos” que son al fin y a la postre los que sacan las urnas a ventear. Por cierto, urnas demoscópicas que aventuran una nueva victoria del centro/derecha, clara y sin aspavientos.

De modo y manera, queridos amigos, que olviden toda esperanza los que esperan. Tiene su agenda y nadie le sacará de su propio surco. Luego, una vez depositado el voto, tomará sus decisiones y puede ser que lo oficial no coincida con lo real, como casi siempre hace. En Europa tiene a Íñigo Méndez Vigo y José Ramón García, que son los que enlazan directamente con los que mandan en la realidad política transnacional, esto es, Alemania y la forever canciller Merkel.

Miguel Arias Cañete no necesita presentarse a las elecciones para ser elegido comisario o vicepresidente de la Comisión. Lo será por designación directa. Y no me creo el cuento de José Manuel García Margallo –es decir, lo que otros cuentan sobre el ministro de Asuntos Exteriores- que habla de que la canciller habría pensado en el valenciano para parar los pies al emergente socialdemócrata Martin Schulz.

¡Demasiado juego malabar para tan escasa información!