Valldecabres y el quilombo antigallardón

La asesora de Bibiana Aído, López Aguilar y filoPSOE cuando Zapatero gobernaba, la ‘magistrada’ Valldecabres, lo es por el cuarto turno, es decir, no es de la carrera judicial y fue contratada como juez suplente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por un periodo de un año.

El cuarto turno judicial, abierto en su día por el felipismo para teóricamente contrarrestar el peso conservador de la judicatura, es un auténtico coladero no exento de amiguismo y partidismo donde ejemplos palmarios vienen a demostrar la incompetencia de algunos (as) de los cooptados.

Se comprende la indignación en los aledaños de la vicepresidenta al justificar una agresión personal con criatura dentro –el escrache a su domicilio en Madrid- como un ejercicio a la libertad de expresión que permite que en el futuro se puedan repetir éste y otros actos “como expresión del estado de ánimo de la ciudadanía...”.

Lo que realmente resulta alarmante es que políticos ejercientes y en activo luego se pongan la toga para juzgar “causas políticas”. Es lo incomprensible. Si a los militares no se les permite colgar su guerrera para ir a la política y luego reintegrarse con las armas, no se comprende en modo alguno que esto suceda en un poder clave del Estado como la Justicia. Simplemente por la vieja máxima de “ser justos y parecerlo…”. A Valdecabres se le está sacando la piel a tiras -¡no podía esperar otra cosa tal y como está el patio!- pero es que se trata de una sentencia distinta y distante. Aún así ha sido amparada por otros dos jueces, al parecer de tendencia conservadora, que componían la Sala.

Lo cierto es que el propio Carlos Lesmes, factótum del CGPJ y del Tribunal Supremo, fue cargo político –director general de Justicia- en el gobierno de José María Aznar. Está todo escrito.

Luego viene lo del quilombazo de la judicatura con el ministro Gallardón. Pregunto a un juez con experiencia y conocimiento, Alfonso Villagómez Cebrián, acerca del encabronamiento del sector con Gallardón.

-Muy fácil, amigo, muy fácil. No se nos hace el más mínimo caso ante la insoportable carencia de medios. Ni se nos puede sustituir cuando caemos enfermos.

Otros magistrados describen al CGPJ como una “camarilla de amiguetes” del PP y del PSOE a la espera de las migajas que deje caer el virrey Lesmes. Y, finalmente, Ruiz-Gallardón prepara una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial que ni les dejará opinar ni expresarse en los medios de comunicación.

La guinda: les dará a los fiscales (el ministro lo es de carrera) la instrucción de los sumarios.

¡Se suben por las paredes!

P.D.: Recordar que no hace mucho tiempo la vicepresidenta quitó los coches oficiales a la mayor parte de los jueces del Tribunal Supremo.