PP: listas, candidatos, listas

Que el 25M ha servido para que el Partido Popular, aun ganando las elecciones no sin dejar muchos votos en la gatera, eche ascuas en su brasero es un hecho ya perfectamente descriptible. Lo tienen claro sus principales dirigentes, una vez estudiada mesa por mesa. Los 2.600.000 que se quedaron en su casa, incluidos algunos que han estado en el pesebre popular como el singular economista liberal Pedro Schwartz, y dos altos cargos que estuvieron en Moncloa con Aznar, no se han ido a ninguna otra urna si no que han querido mostrar su desagrado por el actual estado de cosas.

Las ascuas que trata de encender la secretaria general, María Dolores de Cospedal, pasan por la dinamización del vasto aparato del PP espoleando a sus cuadros y, sobre todo, por devolver el orgullo de pertenecer a la mayor formación política del país y uno de los grandes de Europa.

Bien, las urgencias son siempre malas. Y mucho más en política. La tardanza en el nombramiento de Miguel Arias Cañete no ha dado el resultado perseguido. No habrá ni una sola reforma más que sea impopular. España está ya en elección permanente y ya veremos cómo cuadran las cifras del déficit y el resto que andan trastabillando en el iPad de Cristóbal Montoro.

La urgencia pasa por el nombramiento de candidatos ya. En Madrid, Valencia (no hay duda respecto a Rita y Fabra), Murcia, La Rioja, Castilla y León (a la espera de la decisión final de Juan Vicente Herrera que ha sido talismán elección tras elección) y un largo etcétera. Como es fácil de colegir, las dagas de acero toledano vuelan, normal en estos casos.

Sí, hay encuestas de encargo al respecto, pero lo sustancial en la planta séptima de Génova 13 está concluido. Difícil decisión para la Plaza de la Cibeles porque la seño quiere y las encuestas dicen que no puede.

¡Habla, mudita, habla!