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Los 15 ‘miquelets’ de Artur Mas
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Graciano Palomo

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Los 15 ‘miquelets’ de Artur Mas

Los que vieran el pasado día 13 de agosto las imágenes del comandante Mas revistando a la quincena de miquelets en Talamanca (Manresa) para conmemorar la

Foto: Mas reitera que el único plan es votar el 9n y consensuará cualquier decisión
Mas reitera que el único plan es votar el 9n y consensuará cualquier decisión

Los que vieran el pasado día 13 de agosto las imágenes del comandante Mas revistando a la quincena de miquelets en Talamanca (Manresa) para conmemorar la batalla contra el ejército borbónico tratando de actualizar hoy aquella situación de hace tres siglos probablemente les habrá causado divertimento y estupor.

“No tenemos ejército ni poder demográfico ni poder tributario ni poder económico… Pero esta vez nos puede salir bien”, dijo el mi comandante y se quedó tan fresco. Escenas tan divertidas como sobrepasadas vienen a significar que las ocurrencias con pretendida vitola histórica o tienen su fundamento o simplemente caen en el ridículo. Porque la conmemoración de esa batalla, previa a la caída de Barcelona (1714) a manos de Felipe V, con la coyuntura secesionista actual no pudo ser más arriesgada donde, según los cronistas más objetivos, se produjeron “abundantes toques belicistas, con disparos de trabucos incluidos y con Artur Mas pasando revista a la tropa que respondieron con gritos de “mi comandante”.

Los pueblos pueden conmemorar derrotas o victorias. Que de todo hay. Pero lo realmente chusco es que los mismos que se reencuentran hoy en el “trabuco” con pólvora de hace 300 años pretendan dar pases de “caverna” a los demás.

Está sucediendo lo que tenía que suceder. Que Cataluña camina “magnis itineribus” hacia el abismo institucional, el descrédito propio y ajeno, el empobrecimiento galopante y la vergüenza más abyecta como recogía esta misma semana Financial Times a propósito del caso Pujol. Esta es la cuestión. Que al señor comandante Mas tienen que cuadrárseles los miquelets por un lado y casi al mismo tiempo inclinarse él de hinojos ante las fechorías económicas, políticas y sociales de su reconocido padre Jordi.

Si el asunto no fuera tan serio para todos nosotros al haber situado a España en una crisis institucional y nacional sin precedentes, lo cierto es que entre los miquelets trabucaires y las golosinas pujolistas podríamos haber tenido el verano más divertido de nuestras vidas.

No desesperemos que todavía quedan quince días.

Los que vieran el pasado día 13 de agosto las imágenes del comandante Mas revistando a la quincena de miquelets en Talamanca (Manresa) para conmemorar la batalla contra el ejército borbónico tratando de actualizar hoy aquella situación de hace tres siglos probablemente les habrá causado divertimento y estupor.

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