El ‘brujo’ reaparece en el aquelarre de Sigüenza

Ya he dicho en alguna que otra ocasión que al presidente Rajoy hay dos cosas que le pirran: las tascas de cocina casera y los Paradores Nacionales, quizá porque fue un invento de su paisano y fundador, Manuel Fraga.

Pues bien, tal y como ocurrió tras el 25-M, el presidente convocó durante el pasado fin de semana en el Parador de Sigüenza y unas horas antes de la reunión de inicio de curso del Comité Ejecutivo Nacional, siempre en los alrededores de Madrid, al estado mayor popular al objeto de tabular mensajes y posiciones. Secundado por la secretaria general que en los próximos meses se juega su futuro político y gran parte de sus ambiciones, los vicesecretarios generales Floriano y González Pons, así como los portavoces parlamentarios, excepción hecha de Miguel Arias Cañete, que durante estos días ha estado el hombre que no le llegaba la camisa al cuello.

Pero no se engañen: el auténtico ‘prota’ fue Pedro Arriola. Porque si alguno consideraba que tras el fiasco del 25M el sevillano estaba amortizado, pues que vaya recogiendo el velamen. Ni con frikis ni sin frikis pueden con el consultor áulico, que lleva ya un cuarto de siglo al timón de la estrategia y de otras cosas.