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Cuando quisieron matar a Rajoy con la navaja de Gallardón
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Graciano Palomo

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Cuando quisieron matar a Rajoy con la navaja de Gallardón

Entre las muchas cualidades acreditadas de Pedro J. Ramírez es que en sus apuestas políticas no da ni una. Desde los tiempos remotos cuando quiso hacer

Foto: Alberto Ruiz-Gallardon y Mariano Rajoy. (Efe)
Alberto Ruiz-Gallardon y Mariano Rajoy. (Efe)

Entre las muchas cualidades acreditadas de Pedro J. Ramírez es que en sus apuestas políticas no da ni una. Desde los tiempos remotos cuando quiso hacer presidente a Joaquín Garrigues Walker, luego a Landelino Lavilla y derribar a Felipe González. Hace unos días publicó un artículo titulado Un estorbo nacionalen el que pide la liquidación de Mariano Rajoy (“por refractario al talento”) que ni siquiera se tomó la molestia de leer el alegato.

Pero Ramírez en su homilía de la página 23 sídeja caer algo que hace tiempo me contaron y no terminé de creer. Afirma el ex que cuando se tuvo conocimiento de los SMS entre Rajoy y Bárcenas y el rastro de sus poco presuntos sobresueldos y demás adehalas ilegales, Aznar aconsejó a Alberto Ruiz-Gallardón que dimitiera como ministro y se erigiera en alternativa dentro del grupo parlamentario popular. Gallardón no le hizo caso y prefirió aferrarse a la ondulante cadena dorada de su reloj de ministrazo. Se olvida de recordar Ramírez que fue Aznar el que también recibió sobresueldos cuando ya era presidente del Gobierno –lo dice un juez- y que fue en su época cuando Bárcenas hizo mangas y capirotes.

Recuerda, eso sí, que mientras pedía a Gallardón que diera un portazo al que le hizo ministro, el conspirador continuaba como presidente de honor del partido y supremo hacedor de la fundación acaudalada que pertenece no al ex presidente sino al PP.

Por si fuera poco, no está de más recordar que Mariano Rajoy está donde está porque en su momento Aznar, olvidándose de la voluntad soberana de los militantes y votantes del Partido Popular, decidió imitar al conducator rumano al uso y decidió que el elegido es un ciudadano de Pontevedra contra el que ahora conspira con ocasión y sin ella.

¿Entienden ustedes?

Entre las muchas cualidades acreditadas de Pedro J. Ramírez es que en sus apuestas políticas no da ni una. Desde los tiempos remotos cuando quiso hacer presidente a Joaquín Garrigues Walker, luego a Landelino Lavilla y derribar a Felipe González. Hace unos días publicó un artículo titulado Un estorbo nacionalen el que pide la liquidación de Mariano Rajoy (“por refractario al talento”) que ni siquiera se tomó la molestia de leer el alegato.

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