El PP suelta el brazo: el duopolio privado televisivo no respira

Comprendo el canguelo adobado de indignación que envuelve a los ejecutivos de Atresmedia (Lara, marqués de El Pedroso) y Mediaset España (Berlusconi, conde de Cerdeña) porque lo más probable es que los 2.000 millones de euros que suponen la tarta publicitaria televisiva en España haya que empezar a compartirlos.

Decir al respecto que un reputado colega de mi generación, ampliamente conocido, famoso por su irreverencia ante los políticamente correctos y al uso en las redes sociales, enviado especial antaño a todos los culos del mundo,le dio la idea hace algunos meses a Carmen Martínez Castro, que como todo el mundo sabe es la persona más cercana al primer ministro para estos (y otros) menesteres. En realidad, la secretaria de Estado llevaba acariciando la idea incluso antes de que su señorito habitara en Moncloa.

Pues bien, el hecho es que la 'amenaza' se ha convertido en realidad. Como en este país lo lógico es lo que menos funciona, resulta que el gobierno más 'rojo' (Zapatero dixit) de la democracia, el del pobre y escuálido leonés, quitó la publicidad a TVE con el fin básico de echar una mano a sus amigos de la factoría Contreras y hacer un poco más ricos a los que ya lo eran.Es decir, la izquierda mediática opulenta disparando directamente contra lo público.

Cinco años después de que los socialistas zapateriles suprimieran la publicidad en la televisión pública, el PP ha dado el primer aviso para modificar la norma y dar vía libre a la emisión de publicidad en TVE, cobrando, claro. Eso o el apagón a medias.

Vamos a ver cuál es el comportamiento de la izquierda parlamentaria ante la propuesta del cambio de modelo para garantizar vía mercado (en parte) la subsistencia de la corporación pública. No creo que se atrevan a vetar la iniciativa que sólo favorece al duopolio privado que Fernández de la Vega instauró de facto en el mapa audiovisual español.

Lara, Vasile, os lo tengo dicho. Mariano puede ser lento, pensativo, dubitativo pero no bobo. Le habéis tomado el número cambiado y os ha dado un primer aviso.

El segundo y el tercero podrían no tardar en sustanciarse.