¿Se trae Rajoy de Andorra alguna carpeta?

Convendrán conmigo en que, como mínimo, se trata de un viaje curioso y anotable. Que el jefe del Gobierno español, representante de la cuarta potencia de la Unión Europea, viaje durante dos días al diminuto estado andorrano –¿alguien se imagina al presidente Rajoy bajando por las pistas de ski?–no deja de tener su aquel.

¿48 horas consumidas en una agenda tan apretada sólo para mandar un mensaje a la Generalitat catalana respecto a quién tiene capacidad de interlocución “internacional”? No. Me malicio que Mariano Rajoy, tan gallego, ha querido mandar algunos mensajes que no son fáciles de captar conmúnmente salvo para los interesados.

Estoy seguro de que el presidente no ha entrado –no es su estilo–en argumentos “ad hominem” con su colega AntoniMartí, ni siquiera ha dejado caer algunos apellidos de dirigentes políticos adversarios, ni siquiera de empresarios o ciudadanos españoles acaudalados,bien del cante, el baile, los platós televisivos, o los platós cinematográficos, por citar algunos ejemplos. Pero también estoy convencido de que los acuerdos formales y no escritos van a permitir a la Agencia Tributaria, es decir, al Gobierno de turno conocer quién y quiénes se han llevado maletines a ese paraíso fiscal al margen de la familia Pujol que en estos momentos representan cero preocupación para el poder ejecutivo de la Nación. Rajoy lleva muy mal –Montoro todavía peor–que le den lecciones de honestidad y decencia por parte de aquellos que no pueden volver sus bolsillos del revés.

No lo tengo claro pero podría ser que en un tiempo prudencial empecemos a conocer algunos nombres que causarán una cierta sorpresa y aún más considerable escándalo.

El dinero es siempre muy cobardica y la condición humana fungible “per se”. O si lo prefieren dime de qué presumes y te diré de lo que careces…