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El roscón (con corona) de Monedero
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Graciano Palomo

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El roscón (con corona) de Monedero

Juan Carlos Monedero ha sido la excusa para el jolgorio y la chacota de la última semana en el mundo político de Madrid y provincias

Foto: Juan Carlos Monedero y Carmen Lomana, en un montaje fotográfico. (Vanitatis)
Juan Carlos Monedero y Carmen Lomana, en un montaje fotográfico. (Vanitatis)

Juan Carlos Monedero -("¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Carajo!", grita con brazalete bolivariano en el vídeo que le perseguirá de por vida mientras viva en el mundo libre)- ha sido la excusa para el jolgorio y la chacota de la última semana en el mundo político de Madrid y provincias a propósito de la agudeza y la fortuna periodística de Paloma Barrientos, que le encontró tomando el chocolate en la mansión de Carmen Lomana, que parece haberse convertido en la musa del "curilla” (Lomana dixit) que se conduce, expresa y agrede como si se tratara de un sargento de submarino con base en Sebastopol durante la Guerra Fría.

La verdad es que la escena del pequeño hijo de don Salvador, con su verbo estalinista, tomando el roscón en la casa de la señora Lomana, rodeado de jet y casta, no creo que le ayude nada en su carrera política de modesto profesor a tiempo parcial de la inmortal y muy prestigiosa Complutense. He oído a la anfitriona en El Cascabelde Antonio Jiménez argumentar a propósito de la intención del aquelarre y no puedo estar más de acuerdo. Convivencia, diálogo, apertura, racionalidad, buenas maneras, tolerancia, centralidad, centrismo, conocimiento, etc.son conceptos yaún valores con los que resulta difícil no estar de acuerdo y encontrar espacio para la coincidencia. ¡Claro!

El problema se da cuando el visitante no cree en ninguna de esas cosas. Veamos. La Transición en sí misma es el compendio formalizado de la tolerancia y el respeto mutuo; del pacto político y de la convivencia civilizada por encima de cualquier cosa. Resulta, oiga, que Monedero vende que aquel 'milagro' fue sencillamente una traición por parte de Felipe González y Santiago Carrillo. Que hay que ir a por la ruptura que hace 40 años se desechó por la ‘re-for-ma’,volver al enfrentamiento civil entre hermanos y compatriotas.O, por ejemplo, cuando afirma esto: “El miedo tiene que cambiar de bando”.

¿Hubo miedo en el aquelarre del roscón en casa de Lomana? Lenin hablaba de los tontos útiles, que al final resultaban muy interesantes para sus fines. Pero de eso hace ya muchos lustros y demasiadas épocas. Ahora ya sabemos cómo se las gastan, qué son capaces de hacer y qué entienden por los “intereses del pueblo”.

El cachondeo que vaa tener que soportar la nueva entente formada por el hooligan bolivariano -¿por precio?- y el emblema patrio por antonomasia del ‘pijerío’ será de los que hacen época. Empezando por los ‘círculos’ de base en Podemos, donde no entienden mucho de porcelanas. Salvo que se imponga la tradicional y manida tesis leninista del 'entrismo', Monedero va a tener crudo explicar lo del roscón.

Pero siempre será mejor retratarse con una risa abierta que con torva mirada de enterrador del Jarama.

Juan Carlos Monedero -("¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Carajo!", grita con brazalete bolivariano en el vídeo que le perseguirá de por vida mientras viva en el mundo libre)- ha sido la excusa para el jolgorio y la chacota de la última semana en el mundo político de Madrid y provincias a propósito de la agudeza y la fortuna periodística de Paloma Barrientos, que le encontró tomando el chocolate en la mansión de Carmen Lomana, que parece haberse convertido en la musa del "curilla” (Lomana dixit) que se conduce, expresa y agrede como si se tratara de un sargento de submarino con base en Sebastopol durante la Guerra Fría.

Juan Carlos Monedero