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¿A qué dedica su tiempo el rey Juan Carlos?
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Graciano Palomo

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¿A qué dedica su tiempo el rey Juan Carlos?

Mi amiga y colega Virginia Miranda ha tabulado con toda precisión los 77 años de vida y ocho meses de jubilación del Rey emérito. Hace algún

Foto: El rey Don Juan cCarlos en una imagen de archivo (Gtres)
El rey Don Juan cCarlos en una imagen de archivo (Gtres)

Mi amiga y colega Virginia Miranda ha tabulado con toda precisión los 77 años de vida y ocho meses de jubilación del Rey emérito. Hace algún tiempo un amigo personal de Don Juan Carlos, Espinosa de los Monteros, me habló de la ingratitud congénita del pueblo español que se sustancia ahora en la persona del jefe del Estado que lo fue durante 39 años con muchas más luces que sombras.

Lo cierto es que el padre de Felipe VI ha desaparecido del mapa en un abrir y cerrar de ojos en lo que se ha calificado como “discreta agenda pública” y “solitaria agenda privada de “hobbies y restaurantes”.

Leyendo las entrevistas que le están haciendo a Fernando Onega, convertido de golpe y porrazo en cronista de la cosa coronada, uno podría colegir que lo que realmente preocupa a Don Juan Carlos es la reivindicación de su reinado/legado o legado/reinado en primer lugar; en segundo, procurar no estorbar demasiado en la pista de despegue de su hijo, el rey.

Cierto es que el panorama que ahora mismo ofrece el Complejo de Somontes es radicalmente distinto al que ofrecía a los inicios del verano del 2014. Esa es una labor específica de don Felipe y, si se quiere, de Doña Letizia que, aunque no monta tant,o es una protagonista esencial en el nuevo aire de la Corona.

A mi entender, el rey emérito debería tomar nota de lo ocurrido con el que fue de facto su primer ministro desde la restauración democrática, Adolfo Suárez. El abulense tuvo que dimitir/huir entre el desprecio de la concurrencia, acosado por propios y extraños y vituperado como nunca se había visto por estos lares con la excepción hecha de Cánovas del Castillo. Fue enterrado en olor de multitudes. Esto es también España, el viejo solar sureño europeo.

Es verdad que de las doce actividades oficiales que ha llevado a cabo Don Juan Carlos, tres han sido homenajes. En privado se constata que ha pasado por al menos estos restaurantes: Casa Botín, Horcher, Aspen, Currito, Lucio, Landó, El Paraguas, El Trasgu, Landa, Tras Os Montesy alguno más.

El monarca empieza a ser consciente de la edad y de los achaques menguados, dicen, porque corre todos los días en una cinta ex profeso para él agarrado a una pasarela.

“Tiene muchas ganas de hacer algo”, sostienen las personas que le han visitado recientemente. ¿Algo? Necesariamente tendría que pasar eso por una “misión de Estado” que sólo la puede encargar o bien el Gobierno de la Nación o el Rey en ejercicio. “Está en primer tiempo de saludo”, subrayan.

Ya dejó dicho Don Felipe ante los uniformados eso tan calderoniano (De la Barca) que “mandar es servir” que como frase queda mono pero aplicarlo es algo más difícil.

Mi amiga y colega Virginia Miranda ha tabulado con toda precisión los 77 años de vida y ocho meses de jubilación del Rey emérito. Hace algún tiempo un amigo personal de Don Juan Carlos, Espinosa de los Monteros, me habló de la ingratitud congénita del pueblo español que se sustancia ahora en la persona del jefe del Estado que lo fue durante 39 años con muchas más luces que sombras.

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