Cuando el jefe del CNI se levantó para ver al abogado de Bárcenas

El pasado sábado 24 de enero cenaba el jefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el domicilio de unos amigos cuando uno de sus edecanes de máxima confianza le llamó por la red de seguridad para que pusiera el televisor y viera cómo en uno de los canales de Silvio Berlusconi en España el hasta ahora abogado de Luis Bárcenas peroraba acerca de sus agentes.

En efecto. Javier Gómez de Liaño, el juez que se enfrentó sin éxito al entonces todopoderoso portaaviones Prisa, acusa al Servicio de Información e Inteligencia español de seguimientos ilegales a propósito de su cliente.

Según han relatado a este comentarista comensales de la cena, el general de cuatro estrellas,tras oír alguno de los comentarios de Gómez de Liaño, apagó el aparato y dirigiéndose a sus amigos comentó con serenidad, pero ciertamente indignado:

-“En momentos como éste no sabéis como pesa el deber exigido de reserva y secreto…”

Hubo un tenso silencio y los anfitriones buscaron un tema de conversación que sirviera de escape al malestar del director de la Casa.

Ahora, el general espera con gran impaciencia su comparecencia prevista en la Comisión de Gastos Reservados del Congreso de los Diputados, donde podría salir algún detalle de ciertos “ladrones de ley” (vorv zakone) de la mafia rusa.De producirse alguna indiscreción España entera tendría datos sobre la realidad de los principios y procedimientos en los que Gómez de Liaño fundamentael ejercicio de su profesión. Y todo porque, por lo visto y oído, es experto en Contrainteligencia y tiene una innata capacidad para reconocer en cualquier persona a un agente del CNI con sólo verle el rostro.Salvo que ahora los agentes del CNI lleven un chaleco con letras reflectantes con las siglas del Centro. ¿Cómo sabía que esos supuestos agentes seguían a su cliente?

Ser abogado de Bárcenas conlleva sus riesgos. Ir a explicarse y sin cobrar en la tele serena y equidistante deBerlusconi todavía más.