Carmena no es Carmona y viene zurrando

No tiene suerte mi amigo Antonio Miguel Carmona con sus contrincantes a la Alcaldía de Madrid. La llegada de Esperanza Aguirre ha supuesto ser barrido del mapa mediático y ahora, con la exjueza Manuela Carmena, una clásica de la izquierdona desde las postrimerías del franquismo, la competencia es aún más rigurosa.

Aun así, las marcas existen en política. Carmona intentará aprovechar al máximo las contradicciones de una formación que no puede salir a la calle sin que le levanten las enaguas. En ocasiones la visión no es muy pudorosa.

Una jueza -cuarto turno-que se ha pasado la vida predicando por los derechos humanos básicos –no podía mirar hacia otro lado cuando su nuevo partido de militancia ha votado NO en el Parlamento Europeo para liberar ipso factoa los presos políticos que el régimen venezolano de Nicolás Maduro tiene entre rejas-. Es la primera vez que una candidata novata enmienda la plana a su jefe de filas. “Los derechos humanos -ha dicho Carmena-deben estar por encima de todo, caiga quien caiga…”.

Algo me dice que esto de Carmena no terminará bien. Aunque es cierto que los elementos críticos al quinteto de la fama dentro de Podemos empiezan a ser algo más que una mera anécdota. Es uno de los elementos de interés y atención que tiene la formación de Pablo Iglesias. Hasta ahora ningún partido político ha podido sobrevivir a la democracia interna a toque de campana.

Cierto es que estamos ante un nuevo tiempo. ¿Real o ficticio?