La batalla de las teles: la vice deshoja el ‘share’

En breve, el Gobierno del presidente Rajoy procederá a subastar seis licencias televisivas para operar TDTs. Y hacia el mes de septiembre se sabrá la decisión de un Ejecutivo que, como tantas otras cosas, tiene que gobernar al socaire de la nefasta herencia del estudiante de inglés en sus horas del Consejo de Estado.

No hay que olvidar que el Tribunal Supremo liquidó la adjudicación que en su día llevó a cabo el gobierno Zapatero, que siempre fue un rehén de los intereses de sus amigos –Roures, Contreras, Prisa, Polanco, Cebrián, Abelló, etc…–iniciándose así un duopolio televisivo que haría sonrojarse a un autotitulado progresista: máxime cuando un Ejecutivo de autollamado de izquierdas liquidó la publicidad en RTVE iniciándose de ese modo y manera un periclitar lento pero inexorable de la radio y televisión estatal pública. 250 millones de euros que les vienen que ni pintado a los Berlusconi y Lara. ¡Un auténtico escándalo democrático!

Pues bien, ahora en un ambiente enrarecido en lo político –y por ende también en lo mediático a escala empresarial–Rajoy/Sáenz de Santamaría tienen que decidir quién se lleva la parte del león en las nuevas licencias. Cada cual amenaza con lo que puede. Moncloa conoce hasta los últimos entresijos y avatares por los que atraviesan en la actualidad los dos principales grupos audiovisuales, incluyendo los derivados de la lucha por el poder, especialmente en Atresmedia porque en Mediaset manda quien manda. Y punto.

No es una decisión fácil y cada cual acude en romería al santuario monclovita pertrechado con lo que puede, amenazas incluidas. Aunque de promesas incumplidas están ahítos por aquellos lares gubernamentales, según confiesan.

Ahora entra en juego también 13TV, la cadena de la Iglesia, que ya ha conseguido su mayoría en el ‘share’ con un 2,2 de media que, tal y como están las cosas, no es asunto baladí.

Todos vamos a estar muy atentos a la pantalla. Algún día habrá que escribir pormenorizadamente los entresijos de una batalla librada por precio y a tan ‘Bellido Dolfos style’.

¡La leche!