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El estalinista era un tigre de papel
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Graciano Palomo

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El estalinista era un tigre de papel

Después de aportar el parné, Monedero pensó que iba a tener más respaldo entre los chicos de 'El coletas'. Pero no lo ha tenido sencillamente porque el trono de egos entre ellos es colosal

Foto: Juan Carlos Monedero, en una fotografía de archivo. (Efe)
Juan Carlos Monedero, en una fotografía de archivo. (Efe)

Lo escribí en este periódico cuando Juan Carlos Monedero se presentó en sociedad como un escudero de Pablo Iglesias hace poco más de un año. Él, hijo de don Salvador (Casa Gala), pensaba y piensa que es el único profesional de la Universidad que ha hecho una relativa carrera como profesor titular–bien es cierto que en la todavía Complutense regida por Carrillo– y, por lo tanto, tenía una superioridad intelectual sobre el resto de la dirección de Podemos.

Bien, el estallido interno ha tenido lugar antes de lo esperado. La razón no es en modo alguno que Monedero sea verso suelto ni otras chorradas al uso. La verdadera razón es que después de aportar el jurdó pensaba que iba a tener más respaldo entre los chicos de El coletas. Pero no lo ha tenido sencillamente porque el trono de egosentre ellos es tan colosal que ni con 425.175 euros de aporte a la caja se arregla.

La gran virtualidad de la marcha de Monedero es hacer ver a los que se negaban que Podemos es un chiringuito audazmente montado parala toma del poder (cielo) y desde ahí vivir como dios al uso y estilo de la casta. Ha sucedido que Monedero, tan agresivo, tan chulito, cuando no se conocían sus andanzas, después de conocer sus alcantarillas representaba una amenaza para el futuro de todos ellos y han decidido tirarle por la borda. Punto y pelota. Esto es lo que ha pasado, y dentro de esa magra organización nadie se ha llamado a engaño.

Ni frescor, ni leches. Ni intelectual de pacotilla ni vuelos excéntricos. Unos tipos vivillos, listillos y sátrapas en cuanto tienen ocasión. No es que Monedero no sea un hombre de partido, como dice Pablo Iglesias, es que antes que nada es un resentido que no debería olvidarse tomar la pastilla de cuando en vez y asistir a las citas con el psiquiatra.

Son tan falsos que se van haciendo cantos a la amistad cuando cualquier mediano conocedor de lo que ocurre por esas alcantarillas conoce que Iglesias hace tiempo que no quiere saber nada de Monedero. ¡Si quiso desmarcarse de la chica con la que dormía porque apestaba su carrera política!

Monedero yo y otros nunca olvidaremos las injurias que nos has proferido ni las amenazas de fusilamientosumario a unos y otros. Un estalinista antiguo y soez de tu porte no puede pudrirse en un oscuro despacho de una universidad bastante inmunda en lo ideológico/político aunque tengas un rector (José Carrillo) que te ha permitido violentar la ley. Yo, como contribuyente, no estoy dispuesto a pagarte un sueldo que, por lo visto y comprobado, no te ganas. Ni en dedicación ni en mínima categoría intelectual exigida a un funcionario universitario público. ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chávez! ¡Carajo!. Y a facturar.

¿Te refugiarás ahora bajo las enaguas de Carmen Lomana?

Lo escribí en este periódico cuando Juan Carlos Monedero se presentó en sociedad como un escudero de Pablo Iglesias hace poco más de un año. Él, hijo de don Salvador (Casa Gala), pensaba y piensa que es el único profesional de la Universidad que ha hecho una relativa carrera como profesor titular–bien es cierto que en la todavía Complutense regida por Carrillo– y, por lo tanto, tenía una superioridad intelectual sobre el resto de la dirección de Podemos.

Juan Carlos Monedero