Otro que toma posiciones: Margallo cree que el tiempo es suyo

Las urnas del 24-M ofrecerán el poder, sin duda, pero también el juego de diademas especialmente en el Partido Popular y el Partido Socialista, que tienen su particular timing interno.

Mariano Rajoy, lanzado y desconocido en una carrera electoral que le importa mucho, quiere dejar claro que también aspira a seguir viviendo en Moncloa pero, oiga, está muy cascado, zurrado, deteriorado. Si se une esa circunstancia a que ya ha cumplido los 60 años y que su vanidad quedó satisfecha el 20-N (2011), el PP está que bulle por dentro. Y en ese marco los movimientos, siquiera perceptibles, de los que aspiran –con algún argumento o sin ellos– a suceder al pontevedrés empiezan a enseñar la patita. Algunos sorprenderán; otros no.

Fuentes muy serias del PP me informan –supongo que con algún fundamento– que uno de los que están moviendo el rabo es el actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Tiene más años que la carraca y supongo que esa ambición será por mor del jet lag al que acostumbra a bordo del reactor de la Fuerza Aérea Española.

No tiene la más mínima posibilidad; otra cosa sea el minuto de gloria que todo gesto variopinto tiene en los lares mediáticos de este bendito y frívolo país. Si hago reflexión y dejo constancia de esta filtración es más que nada por apuntar el carajal en el que se podría sumir el partido en el Gobierno cuando lleguen las previsiones sucesorias.

García-Margallo, que fue un destacado zascandil de UCD y luego en el PDP en aquellos años vidriosos del inicio y la media Transición, es ministro por ser amigo personal del presidente. No porque tenga especial charme en Génova 13 o en su tierra natal valenciana. Tiene su aquel Margallo y resulta simpático, pero quedó dicho y escrito que las bicicletas son cosa exclusiva para el verano.

Entre las dos damas que no hay que explicitar, un caballero de armadura galaica y algún mirlo blanco que podría aparecer,que acaba de graduarse y trabaja en alguna consultora internacional a tiempo parcial. El resto de las teóricas aspiraciones (todas justas, éticas y democráticas), hoy por hoy, me parecen cosas para perder el tiempo o entretener el personal que está algo angustiado.