Del charrán al charrán a la espera del halcón

Lo que parece claro es que el voto joven huye despavorido de todo lo que se relaciona con el partido en el gobierno. Sólo con votos añejos no se vive. Más que nada porque el personal tiene una deriva hacia la desaparición física.

Los estrategas del centro derecha creen que el Partido Popular debe volver al final de los años 90, cuandoconsiguió la mayor parte de los votos jóvenes, o no tendrá ningún porvenir. Es algo de cajón.

La Conferencia Política que se celebra este fin de semana al final, ¿qué es? Pues una ocasión para verse, tocarse, confirmar que los compañeros de militancia existen vivan en Jerez o en el Cabo de Palos. El charrán y el nuevo logo no está mal pero tampoco es para romper el molde madre. Si se ha hecho para mayor honra y gloria de Jorge Moragas, que tiene más peligro que un viajante de ampollas de ácido sulfúrico, pues la cosa durará dos minutos y el PP volverá a galeras.

Desde el punto de vista del poder, que siempre es muy socorrido por estos lares -quiero decir que parece ser lo único que importa-, la Conferencia Politica del centro derecha es simplemente una excusa. Lo gordo está por llegar.

Ya he dejado escrito en otras ocasiones que el PP, como organización, se enfrentará después de las próximas elecciones a un camino sin posibilidad de retorno. Si gana las elecciones con los votos suficientes y Mariano Rajoy sigue en el poder a no tardar tendrá que abrir puertas y ventanas para dejar que circule aire nuevo. Si pierde, con más argumentos. Parece claro que la formación que representa el liberalismo y al sector más informado de la sociedad española no puede crecer sin disponer de nuevos trajes más del momento y de la coyuntura histórica que nos toca vivir.

Ignoro si alguno de los cinco de la fama –Moragas, Levy, Casado, Martínez Maíllo, Maroto–optará a liderar el partido cuando se produzca el hecho sucesorio. Estoy seguro de que optarán otros (as) con algunos años más y otros con menos.

En el PP, partido en el gobierno al fin y al cabo, se puede aplicar cabalmente y adía de hoy el viejo adagio griego: only time will tell!