El G-5 pierde fuelle

Durante estos casi cuatro años ya de poder marianista los distintos círculos que han rodeado al presidente Rajoy se han repartido los beneplácitos del primer ministro (y jefe del partido) con disparidad y según las ocasiones.

Mariano Rajoy al llegar a la jefatura del Gobierno se rodeó básicamente de personas de su más entera confianza –como no podía ser de otra forma-valorando en cada caso la discreción, la capacidad ejecutiva, los conocimientos técnicos y su callo para aguantar las tarascadas propias y ajenas.

El conocido como G-5, en expresión margallesca a la que el ministro de Exteriores es tan proclive desde aquellos tiempos de UCD/PDP, ha sido, sin duda, uno de los referentes del poder marianista, entre otras cosas, porque todos son ministros. Ana Pastor, el propio Garcia-Margallo, Jorge Fernández Díaz, Arias Cañete y José Manuel Soria conforman ese núcleo de poncios ministeriales que tienen hilo directo con el comandante en jefe.

Ana Pastor, José Manuel Garcia-Margallo, Jorge Fernández Díaz, Miguel Arias Cañete y José Manuel Soria conforman ese núcleo con hilo directo con el jefe

A Miguel Arias le sustituyó tras su marcha a Europa Isabel Garcia-Tejerina que ha entrado con fuerza propia y con sobrados méritos relevantes en los aledaños presidenciales con alta estima por parte del que decide. ¡Ojo con esta ministra que tiene un amplio recorrido…político!

Este grupo de ministros representa de alguna manera el contrapié al omnímodo poder de la “vicetodo” ahora situada claramente en la desenfilada y conduciéndose en su destacable perfil técnico y de gestión cotidiana.

Tras las elecciones municipales y autonómicas del 25-M, Rajoy decidió que había llegado el momento de redefinir sus núcleos de poder; el G-5 –algunos de sus miembros-no ayudan precisamente a la consecuencia de su objetivo capital: mantener el poder por otros cuatro años y consolidar sus reformas. Porque algunos de ellos, especialmente García-Margallo siempre en el rol de su adn intrigante y sorpresivo, son ya claramente una rémora para revalidar la confianza de los ciudadanos.

Este grupo de ministros representa de alguna manera el contrapié al omnímodo poder de la “vicetodo”

Cristóbal Montoro siempre ha sido y continua siendo un caso aparte que sufre las tarascadas de algunos G-5 a los que se niega a firmar cheques que considera excesivos.

Lo que tienen claro la mayor parte de ellos es que en la próxima etapa que se avecina –ya sea en el Gobierno en la oposición-habrá acabado se periplo subidos en el transportín.