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La última 'margallada'
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Graciano Palomo

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La última 'margallada'

Le llevó al plató su ansia de notoriedad y protagonismo olvidando que es el jefe de la diplomacia de un Estado consolidado, antiguo y presente en todas las instancias internacionales

Foto:  El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. (EFE)
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. (EFE)

Debo confesar y confieso que me apunto en cualquier circunstancia al debate político siempre que sea equilibrado, en igualdad de condiciones, respetuoso y clarificador. Siempre es preferible frente a los odios africanos.

Creí que José Manuel Garcia-Margallo (“el mejor de ellos”, ha dicho Junqueras) tenía algún as guardado en la manga cuando aceptó dar carta de naturaleza de igual a igual al jefe de los secesionistas catalanes en su famoso debate en la televisión del conde de Godó (grande de España por decisión del Rey Juan Carlos). Pero resultó que no; que le llevó al plató su ansia de notoriedad y protagonismo olvidando que es el jefe de la diplomacia de un Estado consolidado, antiguo y presente en todas las instancias internacionales del mundo mundial.

Defendí la celebración del mismo (a petición del propio jefe rupturista) para que el mensaje europeo de la España democrática y libre llegara hasta el último rincón de la Cataluña profunda que no ha sabido, ni quiere enterarse de por dónde sopla el viento en el mundo libre.

El fiasco –eso sí, almidonado y pretencioso entre ambos adversarios-deja en muy mala posición a Margallo que deberá pensar ya en la jubilación

El fiasco –eso sí, almidonado y pretencioso entre ambos adversarios-deja en muy mala posición a Margallo que deberá pensar ya en la jubilación anticipada porque entiendo que no tiene muchos problemas para hacer frente a los recibos del agua y la luz.

¿Acaso y por desventura el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, aceptaría debatir con el líder de los independentistas corsos? Por casualidad, ¿el secretario de Estado John Kerry aceptaría un encuentro televisado con el gobernador secesionistas pongamos que de Alabama? Y encima para perder.

La 'margallada' deja también otras anotaciones sumamente interesantes. Me emocionó el fervor con el que el jefe de los sediciosos (no admite la legalidad española ni europea) que abomina de España quiere seguir con su dni y su pasaporte y bajo el amparo de un Estado que persigue destruir desde que calzaba pantalón corto y podía abrocharse las camisas.

¡Qué demonios es esto! Si pones dinamita en la casa familiar, ¿cómo pretendes que esos muros te cobijen?

¡La locura no tiene límites!

Debo confesar y confieso que me apunto en cualquier circunstancia al debate político siempre que sea equilibrado, en igualdad de condiciones, respetuoso y clarificador. Siempre es preferible frente a los odios africanos.

José Manuel García Margallo Oriol Junqueras