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Graciano Palomo

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Si Rivera fuera presidente...

Ciudadanos, como partido, es algo infinitamente inferior a Albert como líder y esto es siempre un problema en una sociedad y en una democracia avanzada y que se precie

Foto: El presidente de Ciudadanos y canidato a La Moncloa, Albert Rivera. (EFE)
El presidente de Ciudadanos y canidato a La Moncloa, Albert Rivera. (EFE)

Negar la capacidad de liderazgo de Albert Rivera es como decir que en la Unión Europea manda Chipre. Desde el punto de vista de la tecnopolítica tiene un enorme mérito, en el bien entendido que en su puesta en valor han coadyuvado decisivamente Miguel Blesa, Luis Bárcenas, Francisco Correa, Francisco Granados y los ERE andaluces pasando también por el fiasco PSC y la corrupción pujolista.

Ha sabido, desde su atractivo personal y del equipo de gente guapa y limpia que le rodea (bien es cierto que no todos son “parvenus” y que muchos de ellos hicieron sus pinitos en el PP, fundamentalmente) armar un tinglado de poder decisivo que le situará (si las encuestas no fallan en esta ocasión) en la capacidad de decidir quién manda en España. Cosa nada baladí.

Rivera bien puede decir aquello –especialmente a Rajoy- de que “existo porque me despreciasteis”. Bien. Ciudadanos, como partido, es algo infinitamente inferior a Albert como líder y esto es siempre un problema en una sociedad y en una democracia avanzada y que se precie. Yo he visto ya mucho carismático (Adolfo Suárez, por ejemplo) pegarse la galleta si al final no hay nada que lo sostenga.

Ha sabido armar un tinglado de poder decisivo que le situará (si las encuestas no fallan) en la capacidad de decidir quién manda en España. Cosa nada baladí

¿Puede ser Albert Rivera presidente? Puede, me dicen mis fuentes demoscópicas por un lado y los más sesudos analistas por otro. Entonces voy y pregunto -y obvio la pregunta del millón respecto con quién desea pactar-:

Señor Rivera, me gustaría que me respondiera a estas cuestiones inocuas y bienintencionadas.

-¿Qué hará usted con el llamado “problema catalán"? ¿Aplicará, por ejemplo, el artículo 155 de la Constitución? ¿Pondrá grilletes a los sediciosos? Y si la respuesta fuera afirmativa, ¿cómo?

-¿Va a recuperar el Estado bajo sus órdenes ejecutivas las competencias en Educación?

-¿Va a subir o bajar los impuestos? Porque no me aclaro entre lo que dice usted, el señor Garicano y el señor Latorre.

-¿Va a mantener el nivel impositivo a los empresas del Ibex o va a recuperar al respecto el nivel impositivo 0 que consiguieron con Rodríguez Zapatero?

-¿Cómo piensa usted -medidas concretas- implantar en España la cultura del mérito para que los más inteligentes, los más honrados y los más limpios se encarguen de los asuntos generales para que los menos listos y los menos favorecidos puedan tener acceso a una vida digna? (eso sí sería una auténtica revolución histórica)

-¿Garantiza usted que su formación no ha recibido dinero alguno (no hablo de ilegalidades) que pueda condicionar sus decisiones como primer ministro?

Con esas respuestas me conformo.

Negar la capacidad de liderazgo de Albert Rivera es como decir que en la Unión Europea manda Chipre. Desde el punto de vista de la tecnopolítica tiene un enorme mérito, en el bien entendido que en su puesta en valor han coadyuvado decisivamente Miguel Blesa, Luis Bárcenas, Francisco Correa, Francisco Granados y los ERE andaluces pasando también por el fiasco PSC y la corrupción pujolista.

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