El Gobierno Rajoy y el Grupo Planeta

José Manuel Lara fue durante la última parte de su vida amigo personal del presidente Rajoy y de su familia. ¡Muy amigo! Se lo oí decir a una persona tan creíble como Elvira (“Viri”), que no estaba precisamente contenta con el trato general que el Grupo Lara daba a su marido, el presidente del Gobierno.

Sin olvidar que fue Lara (ya fallecido) el primer gran empresario catalán que advirtió a los secesionistas de que se largaría de Cataluña si continuaban por la senda rupturista -luego vinieron Bonet, Bou y pocos más- el hecho cierto es que Planeta es un grupo de empresas a cuyos intereses se deben sus propietarios y gestores. Un grupo tan amplio, plural y diverso no puede tener un solo rail, aunque alguna vía sea más vistosa y descriptible que otra. ¡Hay que entenderlo! Pero sobre todo, respetarlo.

Pese a los destrozos que crea al poder constituido en algunas de sus más famosas terminales –esa es una de las razones de la existencia de los medios de comunicación funcionando como 'contrapoder'- los líderes más visibles del Gobierno popular han escenificado siempre su apoyo inequívoco y fáctico al grupo. Así se demostró hace unos días cuando la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría –la misma que pilota la reacción “inmediata” del Estado al golpe de los sediciosos- arropó en la sede del Instituto Cervantes la presentación pública (por vez primera) del Premio Planeta en Madrid.

Supongo, mejor dicho sé, que no hay confluencia de opiniones en el elenco de altos ejecutivos que Planeta tiene en ejercicio. Me refiero a las líneas editoriales de sus distintos medios. Lo llamativo no es en última instancia ello sino la no confluencia de IN-TE-RE-SES.

Que haberlos, haylos. Y con muchos ceros.