Cuando Mario Conde era el rey del mambo

Unas horas después de que Mario Conde terminara sus clases magistrales impartidas a través de un canal de televisión marginal acerca de cómo se constituían las sociedades 'offshore' en paraísos fiscales, la Guardia Civil le ponía los grilletes tras la firma del juez Santiago Pedraz en un auto que tenía detrás el aval de los investigadores de la UDEF.

Conocí a Conde en varios itinerarios. El primero cuando se sentaba en un bokassiano despacho de la Plaza de Canalejas. Me recibió porque yo acababa de publicar el libro 'El vuelo del halcón' y en él describía sus ambiciones políticas soterradas pero demasiado evidentes.

Salí de aquella capilla Sixtina, repleta de oropel, confundido ante la conversación que había mantenido. O este tipo, pensé, es un cuatrero o realmente tiene un plan para su propia carrera pública y para España. Ese mismo día me enteré de que había sido puesto como ejemplo de ética por el papa Juan Pablo II; claro que Banesto había puesto un millón de dólares en la cuenta del Vaticano para no sé qué obra pontificia. El encuentro con el romano pontífice había sido muñido al alimón por el exjuez Rafael Pérez Escolar y Darío Valcárcel.

La segunda ocasión fue con motivo de su primera salida de la cárcel, una vez que ya se arrastraba por el barro. Fue en el Cacique -¡vaya descripción!- y mantenía toda su arrogancia intelectual y casi su mismo nivel de vida que antes de ser enrejado. No entendí nada, salvo que creía que podía dar un repaso a lo que denominaba 'Sistema' y preparaba su venganza. Hablamos más de periodismo que de otra cosa. De alguna manera se consideraba “editor”, por ejemplo, del diario 'El Mundo', para el que escribió crónicas desde la mazmorra alcalaína.

Era de libro. Si mantienes tu nivel económico es que, en efecto, no has devuelto el dinero trincado espuriamente y si te consideras un ser superior terminas como ha acabado MC. Si debes 9,2 millones de euros a la Hacienda Pública, presumes de ello y utilizas a tu propia familia para repatriar la pasta conseguida de aquella manera… la 'suite' en Soto del Real se encuentra preparada.

Una de las cosas que más repateaban a Conde era que sus acusaciones directas a dirigentes políticos, incluso al anterior jefe del Estado, quedaban en la nada. Aún así, quieto, quieto, no creo que se vaya a quedar. En cualquier caso, su pólvora está mojada.