Palo Alto
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La gran tragedia que no quieren ver los políticos
El dato de tres millones de españoles expulsados de su sitio natural debería haber sido más que suficiente para que los dirigentes políticos hubieran encontrado puntos de acuerdo
Una alerta de El Confidencial sobre cómo la crisis económica ha expulsado de la clase media a tres millones de españoles me confirma la gravedad de lo que ha ocurrido y todavía está ocurriendo en este país.
Ese es el dato más relevante de la feroz crisis en la que todavía chapoteamos. Nada de lo que viene ocurriendo en los últimos tiempos puede sorprender. El avance de las naciones siempre se produce a lomos de las clases medias aquí y en Pénjamo. Si en España fue posible el milagro de la Transición fue porque las capas medias eran muy extensas y desde ese presupuesto los individuos y las familias pudieron aspirar a algo mejor. Los extremos radicales solo necesitan que el detritus impere en un amplio sector de la población.
Ese dato de tres millones de españoles expulsados de su sitio natural debería haber sido más que suficiente para que los dirigentes políticos hubieran encontrado puntos de acuerdo básicos. No lo han hecho y la historia se lo demandará. Tres de los cuatro partidos que aspiran a gobernar España -PP, PSOE y Ciudadanos- aspiran a representar cabalmente a esa clase media que ha encendido ya el cirio de la marginación y la marginalidad.
Si en Alemania, que está a años luz de nosotros en 'economía productiva' y tejido industrial y tecnológico se han puesto de acuerdo cuando vieron el lóbulo de la oreja del lobo no es entendible que aquí, en el sur de Europa, los irresponsables públicos estén tocando la cítara y en sus ratos libres echando la culpa al contrario del incendio del mueble.
Ese dato, junto con 'invierno demográfico', nos lleva directamente al averno. Me lo recuerda cada día Joaquín Leguina, quien además de 'ex', es demógrafo.
Una alerta de El Confidencial sobre cómo la crisis económica ha expulsado de la clase media a tres millones de españoles me confirma la gravedad de lo que ha ocurrido y todavía está ocurriendo en este país.