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La caída del que realmente mandó en Andalucía
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Graciano Palomo

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La caída del que realmente mandó en Andalucía

Algún día tendrán que conocerse las relaciones de Braulio Medel con el Madrid político y financiero. Mucha tela que cortar de alguien que pitó, y mucho, en clave andaluza

Foto: El reinado de Medel en Unicaja ha tocado a su fin. (EFE)
El reinado de Medel en Unicaja ha tocado a su fin. (EFE)

La marcha del todopoderoso presidente de Unicaja, Braulio Medel, es mucho más relevante desde el punto de vista fáctico que los tres escaños que el PP le ha sacado a Susana Díaz y la victoria rutilante para José Manuel Moreno.

Medel representa todo el poder del 'statu quo' socialista desde que los andaluces rechazaron en un famoso referéndum autonómico (28 de febrero 1980) ser menos que nadie en eso que se ha dado en llamar Estado de las Autonomías, que a la postre ha resultado un fiasco.

Desde la caja de Unicaja, Braulio Medel se constituyó en el auténtico mandarín de la cosa y contemplaba los devenires políticos como cosa fatua, porque al final de la desembocadura del Guadalquivir siempre aparecía él. Supo conjugar como nadie las contradicciones del sistema y, si en Andalucía su paralelismo con el PSOE era perfectamente descriptible, tampoco hizo ascos a los mandatos nacionales del Partido Popular; muy especialmente cuando el jefe de la cosa en Madrid era Rodrigo Rato, personaje con el que se entendía a las mil maravillas.

Desde la caja de Unicaja, Braulio Medel se constituyó en el auténtico mandarín de la cosa y contemplaba los devenires políticos como cosa fatua

Durante muchos años fue el vértice de las cosas que ocurrían Despeñaperros abajo y sus conexiones con el Madrid político/financiero están todavía por desvelar en su justo poder. Solo al final, cuando todo en España empezaba a saltar por los aires, se ha sabido su conexión con los ERE (caso en el que está imputado) y solo al final hemos podido tener certeza de su conexión con el pícnico de Ausbanc y sus pagos a Luis Pineda.

Ha imitado a su amigo y admirado Isidro Fainé y se refugia, en calidad de presidente, en la Fundación Bancaria Unicaja, pero tendrá la fuerza del primero. Ha caído y punto. Eso si no termina enrejado, como muchos por aquella tierra exigen.

Medel entendió como nadie que todo y casi todos tienen un precio. Porque al final una cosa es perorar y otra bien distinta negarse a alguna prebenda.

Cuando se escriba la verdadera historia financiera/política de los últimos 30 años españoles, el nombre de Braulio Medel tendrá que ser esculpido sí o sí. Le sustituye su íntimo Manuel Azuaga, del que en mi pueblo dirían: ¡otro que tal baila!

Ya van quedando menos.

La marcha del todopoderoso presidente de Unicaja, Braulio Medel, es mucho más relevante desde el punto de vista fáctico que los tres escaños que el PP le ha sacado a Susana Díaz y la victoria rutilante para José Manuel Moreno.

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