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Método Cifuentes, según Génova
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Graciano Palomo

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Método Cifuentes, según Génova

Los críticos de Cifuentes, que los tiene en multitud y muy abigarrados, sostienen que la presidenta está utilizando el poder institucional para asentar sus reales en el partido

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. (EFE)

Los dirigentes de Ciudadanos suelen poner como ejemplo de su determinación de entendimiento con el PP el pacto alcanzado en Madrid para que Cristina Cifuentes aparezca como presidenta de la Comunidad.

En la dirección nacional reciben esos mensajes con esta apostilla: "¡Claro, ahí mandan ellos!" Algunos datos tendrán al respecto. No solo porque en el colectivo político madrileño es de común pensar que realmente el presidente fáctico de la comunidad es Ignacio Aguado, sino también porque en el fondo el “peronismo” campa por sus respetos en muchas de las medidas adoptadas en el Gobierno regional. No está mal la cosa, salvo que el déficit de Madrid es el doble que el catalán, por poner un ejemplo. No seré yo quien baje de su pedestal a “Evita”.

Escribo lo anterior a propósito de la guerra soterrada que se vive en el PP de Madrid en una clara toma de posiciones de cara al próximo congreso regional que dependerá, en efecto, de si finalmente hay Gobierno o tendremos que afilar de nuevo el DNI para ponernos delante de las urnas. Los críticos de Cifuentes, que los tiene en multitud y muy abigarrados, sostienen que la presidenta está utilizando el poder institucional para asentar sus reales en el partido. Citan, entre otros, el caso del exalcalde de Arganda, Pablo Rodríguez Sardinero, que perdió en las últimas elecciones el 40% de los votos y sin embargo le nombra director general de Transportes. ¿Dónde está el quid? En que Rodríguez Sardinero continúa como presidente del PP de la localidad y domina el partido en esa área. Un caso. Pero hay otros.

De lo que han avisado a Cifuentes es del peligro de caer en la tentación gallardonista: hacer con los votos del centroderecha requiebros de izquierda

Suele decirse que en el PP –hasta hoy al menos– es muy difícil desbancar a alguien que va a unas elecciones internas con el poder institucional en la mano. Cierto. Pero no lo es menos que en el caso de Cifuentes se trata de un poder vicario que el marianismo le otorgó en medio de una estado de necesidad por lo de Aguirre y González.

De lo que han avisado a Cristina Cifuentes es del peligro de caer en la tentación gallardonista: hacer con los votos del centroderecha requiebros de izquierda. Ya sabemos cuál ha sido el final de don Alberto, el que se iba a comer el mundo con borrajas.

Definitivamente, las ideologías han muerto.

Los dirigentes de Ciudadanos suelen poner como ejemplo de su determinación de entendimiento con el PP el pacto alcanzado en Madrid para que Cristina Cifuentes aparezca como presidenta de la Comunidad.

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