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A propósito del duopolio televisivo
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Graciano Palomo

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A propósito del duopolio televisivo

El asunto tiene una larga historia nunca bien contada; se nutre más bien de dimes y diretes sin datos objetivos que llevarse al coleto

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¡Lo que hay que oír! Incluso ver. Uno de los ataques más recurrentes contra la vicepresidenta del Gobierno es que gracias a su quehacer se ha instaurado y consolidado un duopolio televisivo en España -Mediaset y Atresmedia- que ha venido a dinamitar el tradicional duopolio político que cocinaba el país desde el momento mismo de la Transición democrática. De paso, acusar a esas operadoras de provocar, con la potenciación de las nuevas ofertas políticas, la actual inestabilidad que tiene ojiplático al pueblo español.

El asunto tiene una larga historia nunca bien contada; se nutre más bien de dimes y diretes sin datos objetivos que llevarse al coleto. Todos los gobiernos, desde la muerte del general Franco, excepto los de UCD, han concedido licencias para operar canales de televisión. Felipe González, por ejemplo, concedió el monopolio a Prisa y todos los grandes grupos editoriales han podido explotar el negocio televisivo. ABC/Vocento lo pudo hacer y fracasó vendiendo o alquilando posteriormente sus licencias; lo mismo sucedió con Unedisa ('El Mundo'). Quizá los que cuestionan el modelo no fueron capaces de tener éxito en el empeño televisivo. Aquí, como en otros negocios en el mundo libre, el que más chifle, capador. Bien observado, el duopolio en España, entre dos grandes y potentes competidores, es la forma más extrema de competencia, máxime en un país como el nuestro. Para entendernos, no puede haber libre concurrencia entre un gigante olímpico y un enano enclenque. Digo. Es, mayormente, la explicación que falta en las quejas de los que las pían. Digo.

Del mismo modo, el presidente Rodríguez Zapatero enmendó una sentencia del Tribunal Supremo para que Antena3 Radio pudiera ser absorbida sin problemas por la cadena SER. Las cosas se olvidan, sobre todo, si se cuentan mal o a medias.

¿Cambió la línea informativa y editorial La Sexta tras la fusión con Antena 3? No. Sigue igual que siempre

En el año 2009, Gestevisión Telecinco (Silvio Berlusconi) y Sogecable (Prisa) fusionan las cadenas Telecinco y Cuatro creando Mediaset España, un conglomerado con deriva socialista, aunque más bien habría que decir 'rubalcabista'. Se creaba un gigante con vocación de 'unipolio'.

Al principal competidor del gigante hispano-italiano (Antena3) solo le quedan dos salidas. Aceptar el papel de palanquero de la nueva situación televisiva o mover ficha. Sus accionistas y gestores optaron por lo segundo.

Dos años más tarde (diciembre 2011), un mes después de la llegada del Gobierno Rajoy, Antena3TV y La Sexta acuerdan unirse ante el futuro. En ese momento, Atresmedia todavía queda lejos en cuota de pantalla ('share') e ingresos publicitarios de la entente Berlusconi/Cebrián. La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) había autorizado sin problema la primera de las fusiones; sin embargo, se puso exquisita a la hora de firmar el enterado en el caso de Atresmedia. Todo el mundo entendió que era un favor del Gobierno Rajoy al amigo José Manuel Lara, por ende de Soraya, sobre cuyos hombros el presidente había delegado estas cuestiones siempre polémicas por su marchamo. Bien estudiado, lo que el Gobierno impidió es el dominio absoluto de Mediaset/Prisa que ya tenía idea de cómo se las gastan.

Tras la creación de Mediaset España, Antena3 solo tenía dos salidas: aceptar el papel de palanquero de la nueva situación televisiva o mover ficha

Queda el siempre socorrido tema de La Sexta. ¿Cambió la línea informativa-editorial de esta cadena (donde siempre estuvo de accionista Juan Abelló, íntimo amigo y visitador de José María Aznar en sus tiempos febriles de la Moncloa) al llegar al seno de Atresmedia? No. Sigue igual que siempre.

Esta es 'grosso modo' la historia real de un 'affaire' socorrido y que todavía parece quitar el sueño a algún preboste del Ibex.

Por fortuna para algunos (dicen) en esa plataforma siempre se puede elegir otra cosa si es que la muchachada de García Ferreras te produce urticaria. El mando lo suelen incorporar gratis cuando adquieres un televisor.

¡Lo que hay que oír! Incluso ver. Uno de los ataques más recurrentes contra la vicepresidenta del Gobierno es que gracias a su quehacer se ha instaurado y consolidado un duopolio televisivo en España -Mediaset y Atresmedia- que ha venido a dinamitar el tradicional duopolio político que cocinaba el país desde el momento mismo de la Transición democrática. De paso, acusar a esas operadoras de provocar, con la potenciación de las nuevas ofertas políticas, la actual inestabilidad que tiene ojiplático al pueblo español.

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