Españoles en la paz de Colombia

El acuerdo alcanzado en Colombia entre el Gobierno del presidente Santos y la guerrilla de Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', ha sido saludado como la única salida a un conflicto terrible que asoló el rico e interesante país caribeño, el gran sueño de Simón Bolívar.

Me sumo a tamaño hallazgo después de 52 años de guerra, un cuarto de millón de muertos y una montaña de desgracias de lesa humanidad. Es la mejor de las salidas posibles… No había otra.

Un colega del periódico más importante de Colombia me llama a horas intempestivas para reflotar algunos datos de los españoles que han tenido algo que ver en las conversaciones de La Habana.

Por ejemplo, si conocemos por estos lares a un tal Enrique Santiago, asesor jurídico de las FARC y uno de sus principales mentores, al parecer. De Santiago solo sé que fue una persona influyente en Izquierda Unida –venía del Partido Comunista de España y es un 'hooligan'/propagandista del fracasado sistema comunista– y que no pudo hacerse con las riendas de la coalición izquierdista porque Cayo Lara ofrecía más confianza a las bases. Lo que no sabía de él es que mantuvo relaciones 'multimillonarias' con el chileno afincado en Cuba Joel Max Marambio Rodríguez, luego condenado por corrupción. Era apoderado de las empresas del narcotraficante Marambio en España, según propia confesión del abogado. Marambio, según informó El Confidencial en su día, llegó a coronel de la inteligencia cubana, tras la caída de Salvador Allende en Chile; luego ha resultado prófugo de la propia justicia castrista.

Resulta que el promotor de plataformas anticapitalistas revolucionarias y republicanas ha sido personaje clave para que algunos de los guerrilleros de las FARC puedan ser juzgados por delitos contra la humanidad. El mismo que calificó al Gobierno democrático español como “organización criminal”. Se supone que, dada la afición de Santiago al dinerito fresco, sus asesorías no habrán sido gratis.

Fuentes colombianas informan también que se ha visto por ahí al íntimo amigo del susodicho abogado, Juan Carlos Monedero, perejil en todas las salsas de los menús castristas. Como se ha quedado seca la manguera chavista y suspendido de empleo y sueldo en la Complutense en algo hay que matar el tiempo.

No sé si el primero o el segundo se habrán tropezado por aquellos lares con un alto representante del Estado, hombre de reconocido prestigio en la comunidad iberoamericana gracias al cual España todavía es España.