Cuando Julio Feo contrató a Correa para Felipe

Uno de los periodistas en activo a los que más quiero (el respeto va implícito), Raúl del Pozo, me apunta que Francisco Correa tiró algún pañuelo en su famosa deposición ante la sala que lo juzga.

En efecto, dejó caer –ufano él– que antes que con el Partido Popular, sus quehaceres profesionales se habían aplicado al PSOE, algo que ha pasado desapercibido. Pregunto al veterano columnista por la letra pequeña y, como los de Cuenca, se tienta el bolso antes de dar propina a mendigo. Me dice que, en su día, Julio Feo –¿dónde estás corazón?– contrató los servicios del curioso personaje (al menos ha tenido el valor de admitir que es un corrupto de tomo y lomo, no como otros) para hacer trabajos de organización de eventos. No pudo ser otro que para Felipe González, entonces primer ministro que lo podía todo. Y supongo que fue cuando González sufrió más durante sus larguísimos catorce años de poder, esto es, cuando con un par convocó un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN cuando hacía pocos meses había reunido a un millón de personas en dirección contraria.

Fue entonces cuando el Gobierno y el PSOE pusieron todas las máquinas a tope. Supongo también, porque sobre esto no ha dicho nada, que cobró a tenor de sus honorarios porque Correa no levanta un dedo sin tener delante el 'jurdó'.

Tengo la sensación de que Don Vito sabe que le esperan muchos años de cárcel. No derramaré una lágrima. Su sentencia tiene que ser ejemplar. ¿Por qué ha exculpado a los que durante tanto tiempo fueron sus ‘clientes’ políticos? A ver si lo dice en sus memorias, porque en la prisión va a tener muchas horas y ahí, dicen, las días se hacen muy largos.

Porque, en efecto, faltan nombres relevantes.