Obama pone la antorcha del mundo libre en manos de Merkel

A día de hoy lo sustancial no es si uno milita en un partido de derechas o izquierdas, no es necesario tener carné de nada. Eso es un catálogo superado por la propia vida democrática. Lo importante es si eres honrado o corrupto, listo o tonto, trabajador o vago, leído o ágrafo, si vives de acuerdo con lo que pregonas o resultas una farsa.

El liberal Barack Obama se ha presentado en Berlín, todavía a bordo del Air Force One, que siempre impone, para entregar en mano a la canciller Angela Merkel el liderazgo del mundo libre. Un gesto nada baladí ni siquiera para los que vivimos en el sur de Europa, sin duda, presionado por los sucesos que ocurren estos días en Estados Unidos a cuyo protagonismo hay que recordarle –'¡mare de Dèu!'– que tiene que respetar los “principios democráticos”. Lo nunca visto en Occidente. Y al mismo tiempo, recordarle que tiene que mantener una posición de firmeza democrática ante el gran 'oso' Putin.

Alguien de Cuenca podrá decirme que qué le afecta a él todo ese quilombo de Trump y Pence. Pues sí, querido amigo, le coge de plano. Después de la II Guerra Mundial, el presidente de Estados Unidos resultó ser el líder del mundo libre que en términos generales se identifica con Occidente. Tras el resultado de las elecciones presidenciales recientes el testigo vuelve a Europa, entre asustada y acongojada. Alemania y su canciller ya están apartando un dinero para reforzar su defensa ante la más que previsible quiebra del actual 'statu quo' de la OTAN.

Se comprende así que el Rajoy recientemente revalidado en el poder haya ordenado a Dastis, Moragas, Pons y García Hernández acelerar los 'inputs' cerca de la cancillería en Berlín porque por ese aro comienza un nuevo juego.