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Los dos problemas que liquidarán España
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Graciano Palomo

Palo Alto

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Los dos problemas que liquidarán España

El abandono del mundo rural empieza a ser clamoroso y hasta trágico. Se pierde un sector que crea riqueza y da empleo a millones de personas

Foto: Un agricultor trabaja el campo en solitario en Antequera. (Reurters)
Un agricultor trabaja el campo en solitario en Antequera. (Reurters)

La historia de España es prolija en discusiones banales a lo largo del tiempo. Bajo esa luz y perspectiva se puede afirmar con justeza que este es uno de esos momentos. Se discuten naderias, se resucitan viejos demonios familiares mientras los grandes retos siguen ausentes del debate. Por ejemplo, la despoblación de las zonas rurales que empieza a ser dramático en los cuatro puntos cardinales de España. Sin campo no hay nada y se puede levantar muy poco. Vuelvo a insistir este es un asunto del todo capital.

Las recientes fechas navideñas me han concedido ocasión de conocer un poco más lo que se ha dado en llamar la España profunda. Y lo cierto es que salgo de esa experiencia completamente horrorizado. Cuánto tiempo podrá continuar esta situación catatónica.

El abandono del mundo rural empieza a ser clamoroso y hasta trágico. Poco a poco la España rural se está quedando sin gente y, además de la pérdida de señas de identidad que durante siglos conformaron el país y la Nación, se pierde un sector que crea riqueza y da empleo a millones de personas. Se ha intentado con la inmigración. En algunos lugares han dado resultado pero en otros no. Hace falta que los poderes públicos, entre ellos también Europa, se lo tomen en serio.

El segundo gran asunto, ligado al anterior, es el llamado invierno demográfico. No nacen niños y es difícil que en las actuales condiciones pueda aumentar la natalidad en nuestro país. Todo el mundo habla pero nadie hace nada.

Estos dos asuntos deberían presentarse entre las prioridades del nuevo año. Especialmente del Gobierno que es el al que compete en primera instancia analizar la situación y ofrecer propuestas y resultados.

Ah¡ Se me olvidaba. El tercer gran asunto es el agua. Cada d;ia hay menos y todo Dios tocando la citara.

La historia de España es prolija en discusiones banales a lo largo del tiempo. Bajo esa luz y perspectiva se puede afirmar con justeza que este es uno de esos momentos. Se discuten naderias, se resucitan viejos demonios familiares mientras los grandes retos siguen ausentes del debate. Por ejemplo, la despoblación de las zonas rurales que empieza a ser dramático en los cuatro puntos cardinales de España. Sin campo no hay nada y se puede levantar muy poco. Vuelvo a insistir este es un asunto del todo capital.

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