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Cuando Bárcenas recordó los barrotes de Soto
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Graciano Palomo

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Cuando Bárcenas recordó los barrotes de Soto

El extesorero al final ha resultado ser un tigre de papel. A su edad no está para bromas, y su ataque de realismo en sede judicial tiene su aquel

Foto: Luis Bárcenas antes de declarar como acusado en el Caso Gürtel. (EFE)
Luis Bárcenas antes de declarar como acusado en el Caso Gürtel. (EFE)

Al final, la deposición de Luis Bárcenas ante el tribunal de la Gürtel, ha resultado el detritus del ratón. Después de años de amenazar con los mil rayos jupiterinos —en realidad, la gran carga de profundidad fue disparada en forma de SMS: “Luis, sé fuerte”—, su declaración ante los jueces viene a exculpar al primer ministro en ejercicio, tal y como en su día le había recomendado su primer abogado Gómez de Liaño.

El peso de la culpa la puso, sin citarle, en el anterior presidente del Partido Popular, José María Aznar, gracias al cual Francisco Correa “creyó que el PP era suyo”. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad. Mariano Rajoy nunca quiso poner tierra de por medio de todos los quilombos heredados de tiempos anteriores sobre un argumento de cierto peso: yo soy el presidente del PP y tengo que asumir lo anterior... Podríamos o no estar de acuerdo pero es el 'Rajoy style' tan personal que envuelve al gallego.

Bárcenas, al final, tras amenazas permanentes y chantajes ciertos, ha resultado un tigre de papel. A su edad no está para bromas porque tiene el convencimiento, como cualquier otro mínimo observador de la realidad, de que le esperan de nuevo los barrotes de Soto del Real, donde tendrá tiempo para poner en orden sus caudales y de paso escribir unas memorias que ya no interesarán a nadie.

De paso, ha puesto también a los pies de los caballos a Ángel Acebes —“Ángel, SÍ, SEÑOR”—, que tuvo su minuto de gloria y ahora anda acojonado y buscando permanentemente la desenfilada, lo cual no pone en cuestión su bonhomía. Al fin y al cabo, siempre fue un mandado.

El ataque de realismo de Bárcenas en sede judicial tiene su aquel. Una vez la sentencia condenatoria sea firme, dependerá del favor político que en su caso le convendría que en el poder esté otro partido distinto al PP. ¿Se imaginan a Rajoy indultando o pidiendo árnica para el reo Bárcenas?

Sinceramente, yo no. Y para más inri, María Dolores de Cospedal, su particular bestia negra durante años, sigue al timón.

Al final, la deposición de Luis Bárcenas ante el tribunal de la Gürtel, ha resultado el detritus del ratón. Después de años de amenazar con los mil rayos jupiterinos —en realidad, la gran carga de profundidad fue disparada en forma de SMS: “Luis, sé fuerte”—, su declaración ante los jueces viene a exculpar al primer ministro en ejercicio, tal y como en su día le había recomendado su primer abogado Gómez de Liaño.

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