Palo Alto
Por
Cataluña: la cosa, aún más fea... ¿artículo 155?
Su aplicación no significa la suspensión de la autonomía y el autogobierno en modo alguno; significa que es el Estado quien toma las riendas hasta volver a la normalidad
El brusco cambio de tono en el tema catalán no presagia nada bueno. Desde las posiciones de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a su brazo armado aragonés, Roberto Bermúdez de Castro, han empezado a disparar palabras graneadas ante la “persistente agresión nacionalista”.
La política de 'mantenella y no enmendalla' de los separatistas, cuando todos los 'inputs' locales, nacionales e internacionales les señalan que el camino elegido para echarse al monte y volver al feudalismo es equivocado, concluye en una acción/reacción que será letal para todos, pero más para unos que para otros.
Lo saben. Y persisten.
En los últimos días se han dado serios avisos por parte del Gobierno. He podido comprobar 'in situ', en los alrededores del poder gubernamental, que la paciencia empieza a tener un límite casi en paralelo con el hastío que produce al resto de los españoles el quilombo secesionista catalán.
La impresión que he podido recoger entre los mejores y más objetivos observadores catalanes de la realidad catalana es que Junqueras & compañía creen que Mariano Rajoy no tendrá los redaños suficientes para responder con otra cosa que no sean recursos de oficio ante los tribunales.
En Moncloa, sin embargo, se malician que los que intentan asolar el Estado no tienen idea de la determinación gubernamental en defensa de la legalidad constitucional y España. El aviso perpetrado por Bermúdez de Castro, aragonés en permanente en ejercicio por más señas, no deja lugar a dudas y el secretario de Estado no haría en sede parlamentaria una aseveración de ese jaez sin el visto bueno de sus jefes monclovitas.
Mariano Rajoy es consciente de que para activar ese mecanismo constitucional necesita sí o sí la aquiescencia del resto de los grupos y de la UE
¿Puede el Gobierno aplicar el artículo 155 de la Constitución que 'a priori' supondría ir al principio máximo? Puede, claro que puede. Y se ha pensado aunque solo sea de refilón. Su aplicación no significa la suspensión de la autonomía y el autogobierno en modo alguno; significa que es el Estado quien toma las riendas hasta volver a la normalidad constitucional y la legalidad en ejercicio.
Mariano Rajoy es consciente de que para activar ese mecanismo constitucional necesita sí o sí la aquiescencia del resto de los grupos y, quizá lo más importante, contar con el respaldo explícito de los países principales de la Unión Europea. Noticia por noticia: al día de hoy tiene un poco de lo primero y todo de lo segundo.
Lo sustancial ahora mismo para el bloque constitucional es ir devolviendo la presencia de España en aquel escueto territorio cuyo problema sustancial parece irresoluble a la luz de la historia. Poco a poco y piedra a piedra, que lo que se desunió en 40 años no se puede zurcir en media semana.
El brusco cambio de tono en el tema catalán no presagia nada bueno. Desde las posiciones de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a su brazo armado aragonés, Roberto Bermúdez de Castro, han empezado a disparar palabras graneadas ante la “persistente agresión nacionalista”.