Blesa, el más 'black' (puesto y sostenido por Aznar)

A la jueza Teresa Palacios (ponente en la Sección Cuarta de la sentencia) de la Audiencia Nacional no le ha temblado el bolígrafo, al igual que al resto de los miembros de la Sala que ha juzgado el caso, a la hora de poner blanco sobre negro los trapicheos de los mandamases de Caja Madrid donde brillaron con trinque propio Miguel Blesa y Rodrigo Rato.

Por una vez, unos jueces no han desconocido lo que la mayoría de la población conoce. Es de agradecer.

A los dos principales condenados -que irán sí o sí a prisión y a los que hay que añadir otras causas pendientes de sentencia- los une un hilo conductor común: José María Aznar. El primero como íntimo amigo desde los tiempos de Logroño donde ambos ejercían de inspectores fiscales y el segundo en calidad de vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía. Lo escribo solo para que alguno no se olvide. Aznar tiene aún más responsabilidad política porque aupó, sostuvo y re-sostuvo a Blesa al frente de la mencionada entidad financiera semipública.

¿Qué es lo que viene a decir la sentencia? Básicamente, que Blesa utilizó Cajamadrid como si fuera un cortijo jienense sabiéndose amparado por el omnímodo poder político que entonces tenía su protector bajo cuyo paraguas se cobijaba cada vez que alguien (Esperanza Aguirre, por ejemplo, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid) intentaba moverle el sillón. Utilizaba dos tarjetas. Una para sus gastos de representación como primer ejecutivo de Cajamadrid y otra exclusiva para sus gastos personales, con lo cual no gastaba un duro de su enorme y desorbitado salario; y no tributaba al fisco.

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¿Ignoraba que estaba estafando a la caja y al contribuyente? ¡Oiga, que es inspector fiscal de oficio!

Tras estos hechos comprobados por los investigadores y concluidos por la Justicia como buenos, ¿se podrían colegir aún más “irregularidades” en beneficio propio? Claro que se puede, con sentido común y mera lógica; pero hay que probarlo.

Otro amigo de Aznar se pudo llevar aún más dinero pero se fue de rositas y anda disfrutando del inmenso jurdó por el ancho mundo e incluso haciendo negocios todavía.

Lo de Rato es para no creerlo. Un exvicepresidente y ex director gerente del FMI, como un vulgar chorizo de guante de raso.

Y todavía tienen la caradura de intentar poner sordina a los que ventilan sus hechos vergonzosos y vergonzantes.

¡A pudrirse en la cárcel!