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La rendición de los Gürtel
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Graciano Palomo

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La rendición de los Gürtel

Álvaro Pérez, 'el Bigotes', Pablo Crespo o Luis Bárcenas hacían lo que les venía en gana porque se sabían protegidos por el gran hacedor

Foto: Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez "el Bigotes". (EFE)
Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez "el Bigotes". (EFE)

Dicen que el cabecilla de la red Gürtel, Francisco Correa, está que quiere irse al otro barrio. Natural. Un pijo entre barrotes, muy lejos de los cielos de Sotogrande y con un horizonte negro, muy negro.

La ventaja para el fisco que vigila Montoro es que está decidido a devolver al Estado los 22 millones que se llevó a Suiza producto de las comisiones y el quehacer irregular bajo amparo político en los tiempos de José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos, el otrora todopoderoso secretario general, vicepresidente y ministro de Fomento que se ha ido de rositas.

Foto: Pablo Crespo (i) y Correa, en su llegada a uno de los juicios de la trama Gürtel. (EFE)

Otro tanto podría decirse, a menor escala porque resultaba un simple empleado, de Álvaro Pérez, 'el Bigotes', con problemas de salud etcétera. Pablo Crespo, en otros años capo en Galicia, parece que lo conlleva con más resignación y aguante. A todos ellos, los espera un largo túnel con penas que a buen seguro sumarán muchos lustros. A la espera están de que los acompañe en el gimnasio de la cárcel el gran Luis Bárcenas, al que Rosendo Naseiroacaba de meter banderillas de muerte y de dejar a la intemperie.

Algunos de mis lectores desconocerán, por edad, lo que estos personajes significaron durante la etapa de poder aznarista. Hacían lo que les venía en gana porque se sabían protegidos por el gran hacedor. Desde un punto de vista humano hay que compadecer al delincuente; ello ni puede ni debe significar condescendencia con sus desmanes.

Se creyeron que era de verdad. Nada más hay que volver a ver el vídeo de la boda de Ana Aznar con Alejandro Agag para concluir el grado de desvergüenza sublime al que llegaron.

Como en otros casos, repito lo ya escrito: son todos los que son pero no están todos los que fueron.

Dicen que el cabecilla de la red Gürtel, Francisco Correa, está que quiere irse al otro barrio. Natural. Un pijo entre barrotes, muy lejos de los cielos de Sotogrande y con un horizonte negro, muy negro.

Luis Bárcenas Francisco Correa