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Franciscus, la misa y sus enemigos
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Graciano Palomo

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Franciscus, la misa y sus enemigos

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, llegó a decir que creía en las palabras del Papa. Claro que aquello había sucedido antes del giro radical que llegó tras Vistalegre II

Foto: El papa Francisco, en el Vaticano. (Reuters)
El papa Francisco, en el Vaticano. (Reuters)

Pablo Iglesias todo lo que toca lo convierte en estrella catódica y mediática, comenzando por si mismo y su entorno. Como muestra un botón. Hay gran chacota y jolgorio en numerosos braserillos de la cosa patria a propósito del subidón (triple) de la Misa en TVE después de que el mariscal en jefe del ejército podemista arremetiera contra el canal público por retransmitir los domingos la Misa en rito católico.

Se produce el evento de Kantar Media justamente cuando se cumplen cuatro años de la llegada a la silla de Pedro del argentino Bergoglio a título de Franciscus.

Foto: Podemos presenta una PNL para eliminar las misas de TVE (Fotomontaje: EL CONFI TV)

La Iglesia ha topado, en dirección distinta a la de Sancho, con Podemos. Pablo, que se apellida Iglesias (ironías del ADN), ha tenido un primer choque con la Iglesia española que ya no se puede llamar a andanas. El discurso se ha endurecido hasta el paroxismo (ahora tratan de inventariar y recuperar patrimonio público que desde su óptica la Iglesia birló al pueblo) y llama especialmente la atención porque Pablo -que tiene nombre de gran apóstol de los primeros tiempos- se mimetizó con la postura de Francisco: “El Papa está siendo muy valiente", dijo. "Y como líder mundial rema en una dirección similar a la nuestra”, concluyó.

El confeso ateo manifestó en otra ocasión.
-Señor Iglesias, ¿cree usted en Dios?
-Si Dios es lo que dice su representante en la Tierra, el papa Francisco, creo bastante en lo que dice.

Claro que Carolina Bescansa le había informado que muchos de los 5 millones de votos que acaudilló en las elecciones generales son “cristianos de base”, algunos hasta practicantes; en cualquier caso, hunden su militancia y compromiso político en raíces evangélicas. Esto es, hay votos de por medio.

El discurso del líder de Podemos se ha endurecido hasta el paroxismo. Llama la atención después de que se mimetizase con la postura de Francisco

Pero también hay que describirlo con precisión. Todo lo anterior sucedía cuando el giro radical tras Vistalegre II no había ocurrido y el errejonismo moderado (sic) todavía era un hecho de poder descriptible.

Hay una cosa que me ha llamado la atención. Cada uno es muy libre de expresar sus opiniones y sustanciar sus argumentos. Habrá que exigir, sin embargo, un mínimo de veracidad. La buena de Irene Montero ha dicho que en la Misa se “incita al odio”. Como muy bien le ha respondido el cardenal Blázquez con caridad evangélica: no han pisado jamás una iglesia ni han asistido a ninguna ceremonia religiosa católica. En la Misa se empieza con la paz, continúa con la paz, y finaliza con “id en paz”.

Irene, toma nota: "La verdad os hará libres" (Jn,8,32).

Pablo Iglesias todo lo que toca lo convierte en estrella catódica y mediática, comenzando por si mismo y su entorno. Como muestra un botón. Hay gran chacota y jolgorio en numerosos braserillos de la cosa patria a propósito del subidón (triple) de la Misa en TVE después de que el mariscal en jefe del ejército podemista arremetiera contra el canal público por retransmitir los domingos la Misa en rito católico.

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