La caja de Montoro se llena: oxígeno para Rajoy

Ya sé que mediáticamente son mucho más divertidos los chascarrillos que hablar de las cosas de comer. Pero sin lo último, difícilmente podemos ir al juego de la chacota.

Y está pasando, pese al “me la bufa”, “me la pela” y “me la refanfinfla”. Por vez primera, las cuentas públicas van a cumplir con el objetivo de déficit establecido en el 3,1 para el 2017. No porque las cinco administraciones que padecemos gasten menos (por cierto, habrá un cuarto de millón más de funcionarios en la nómina del Estado) sino porque hay un chorro de ingresos adicionales por la mejora de la actividad económica; un chorro de 13.000 millones adicionales, insisto.

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M. V.

Es algo que ya avanzó Cristóbal Montoro al resto del Gobierno en su reunión del pasado 17 de marzo: un 7 por ciento más de ingresos sólo por el IVA.

Desde el inicio mismo de la andadura rajoniana II, tras un año de impasse, el presidente tuvo claro que su permanencia en el poder sin repetir elecciones pasa necesariamente por el crecimiento económico (ahora mismo el PIB crece más que en el mismo periodo del 2016), la creación de empleo y la inversión pública. Lo demás son meros brindis a la luna.

Si hay dinero se puede convencer a las minorías parlamentarias para que apoyen las propuestas gubernamentales. Ello referido no solo al PNV -que de esto sabe un rato- como a la minoría canaria y demás, básicamente al “socio preferente”, el partido de Albert Rivera, ciudad que de alguna manera también puede sacar pecho delante de sus mesnadas.

En este sentido, tengo para mí que cuando la próxima semana esta columna vuelva a editarse, los PGE pueden ver la luz en lontananza. No sin regateo

Independientemente de los dígitos en el Congreso hay también un 'lead' básico en política: el estado de la opinión pública. La conforman en gran manera los medios, sí, pero sustancialmente como le va a cada ciudadano y a cada familia.

Luego vendría el PSOE. Susana Díaz, la gran aliada de Rajoy en estos momentos, cree que España “necesita estabilidad” y el jefe del Ejecutivo añade: Presupuestos.

En este sentido, tengo para mí que cuando la próxima semana esta columna vuelva a editarse, los PGE pueden ver la luz en lontananza. No sin regateo y negociación, naturalmente.