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Los que no aparecieron por la Real Casa de Correos
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Graciano Palomo

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Los que no aparecieron por la Real Casa de Correos

El 2 de mayo de 2017 era el último día de una era. Atiborrada de hiperliderazgo, poder y corrupción. Ese fin es visible y perfectamente descriptible

Foto: Actos del 2 de mayo.
Actos del 2 de mayo.

Como dejó escrito en crónica de urgencia este periódico a propósito de las celebraciones oficiales del 2 de mayo –cuando la efervescencia de la Operación Lezo estaba subiendo como un hongo nuclear–, la presidenta Cristina Cifuentes se ha constituido en el epicentro del nuevo poder popular y aspira a marcar un antes y un después en la orgía de corrupción que estamos conociendo.

Foto:  La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, durante los actos del 2 de mayo. (EFE)

Tampoco le queda otra. De alguna forma ese día 2 de mayo de 2017 era el último de una era. Atiborrada de hiperliderazgo, poder y corrupción. Ese fin es visible y perfectamente descriptible. Lo perentorio para la presidenta –además de sostenerse en el poder, que no es poco– es que, en efecto, se visualice el cambio dentro de los mismos márgenes partidarios. La “Operación Gabilondo”, como se podrían describir los intentos por parte de la izquierda madrileña con representación en la Asamblea de desalojar al PP de Madrid, encuentra un dique insalvable: Ciudadanos. Rivera, Aguado, Villacís, Girauta, Villegas y el resto del Estado mayor naranja saben que unos dos tercios de sus votos vienen del PP (especialmente en Cataluña y Madrid) y no van a dejar caer a Cifuentes para meterse en la cama con Podemos y Ramón Espinar.

No puede decirse que en la recepción del 2 de mayo faltara nadie que en ediciones anteriores no estuviera. ¡Ojo! Salvo los grandes empresarios de infraestructuras que pusieron pies en polvorosa ante el ruido que hacen los autos del juez Velasco.

Ojos que no ven, instrucción que no se siente.

Como dejó escrito en crónica de urgencia este periódico a propósito de las celebraciones oficiales del 2 de mayo –cuando la efervescencia de la Operación Lezo estaba subiendo como un hongo nuclear–, la presidenta Cristina Cifuentes se ha constituido en el epicentro del nuevo poder popular y aspira a marcar un antes y un después en la orgía de corrupción que estamos conociendo.

Cristina Cifuentes PP de Madrid